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Full text of "Paginas sueltas varias composiciones del malogrado vate oriental doctor Fermin Ferreira y Artigas"

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PAJINAS SUELTAS 


VARIAS COMPOSICIONES INEDITAS 


BU 


ICALOGRABO YATB OBISNTAL 


OOQTOl 


FERMIN FERREIRA Y ARTIGAS 




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XM7BSKTA BS «£L FKBX0-CABBIL»---'P;LAZA EfBBPBNBENCÍIA 




■/Á;' . 1873 


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PAGINAS SUELTAS 


TARUS COMPOSICIONES 

na 

MALOaRADO TATB ORIENTAL 

Boeioi 

FÍBDPgBREMTmGiS 



M0MTE7ID10 

OBfwam. 9M CBL raUOKUXUkB 


1873 


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DOS PALADEAS 


Fayoreoidoa con la posesión de algunos borrado* 
res de nuestro malogrado compatriota el inspirado 
poeta Fermin Ferreira y Artigas, conteniendo db« 
versas composiciones inéditas, nos hemos resuelto á 
publicarlas en este folleto, con el titulo de Páginat 
tutUat, para que no se pierdan en la oscuridad y el 
olvido. 

No obstante que el Club Universitario se dispo* 
ne ¿ hacer una publicación de las producciones lite- 
rarias de Ferreira, donadas á esa ilustrada asocia- 
ción por su amorosa madre, no hemos trepidado en 
anticipar á ella las que compilamos en este folleto, 
come una hoja llevada á su corona literaria, que 
ereemoa merecerá favorable aoojida del público. 


LOS EDITOUl. 


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Pueb'o Oriental saWaste con el esfaerz o tnyOy 
Tu hogar y el fuero augusto' de la patricia ley» 
Tu exelao rango ocupa eoitt satisfecho orgullo, 
Que América y Europa te reconocen — Rey. 

Echeyerhia. 

Mi patria es la ciudad, bella y grandiosa, 

Que el poder de dos reyes humilló, 

Y que libre se alzára y magestnosa. 

Sobre tronos y cetros que abatió. 

Quince años de combates le costaron» 

Para poder sus grillos destrozar;' - ' 

Sangre á mares sos hijos derramaron» 

Tanto tuvo aguerrida que lidiar. ^ 

j f 

Espafia, que con sed inmensa de oro» 

La América inocente esclavizó. 

Por sostener avara su tesoro 
Palmo á palmo el terreno disputó. 

Era valiente y fuerte en demasía, 

Mi patria débil, llena sí de ardor, ^ 

Y á ese inmenso poder solo oponía 
De sus hijos los pechos y el valor. 

Entonces todos juntos como hermanos» 
Marchaban por la patria á combatir 
T el poder colosal de loe tiranos, 

Todos Juntos marchaban á abatir. 


II 


i 



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— 2 


Entonces, Argentinos y Orientales, 
,^^duban bajo un mismo pabellón, 

X alcanzando mil triunfos inmortales. 
Trozaban sus cadenas y opresión. 


Entonces los Chilenos, loe Peruanos, 

En alianza marchaban & pelear. 

Llevaban solo un nombre, AHSBiOAlfOS, 
Una ensefia, una patria, que salvar. 

.1 {Grandioso! era ver un pueblo 
Heróioo y entusiasmado. 

Dejar el hogar sagrado. 

Que le había visto nacer. 

, Y huyendo de sus esposas, 

' Sus madres y sus queridas. 

Ante la patria sus vidas > 

Por libertarla ofrecer. 

¡Grandioso! era ver las madres 
.'Y las amables eap<»as, ' 

Patrióticas, generosas. 

Venirles á entusiasmar. 

Y sin brotar de sus ojos 

Estéril y débil llanto, , , 'A 

Decirles con fuego santo \ i 
«Nunca volvéis sin triunfar». 

Así en América bella. 

Aun que eras fuerte y colosa, 

Hallaste EspaJla una fosa . ~ 

Dó tu poder sucumbió. 

• t- * O' » ‘ . •»1 • • ) '. y 

«* 

Y así mi patria adorada 

Valientey perseverante, y 

Venciera el poder jigante " r 
Qué altivo la esclavizó. . i- 

' " : ' V . --uJ . . * * 


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t 


— s — 

. £n sangre de Americanos 
La tierra se vió tefiida, 

Pero mi patria aguerrida 
Venció su estrella fatal. . , ¿ 

, Y, de desastre en desastre, 

Y de victoria en victoria, 

• Logró cubrirse de gloria 
Inmensa, eterna, inmortal. 

¿Mas dónde están aquellos hombres grandes, 
Que á la patria supieron libertar? 

¿Dó esos hechos mas altos que los Andes, 
Donde el fruto que Mayo debió dar? 

¿Dó está esa Buenos Aires, Argentinos, 

< i ue la enseña de Mayo tremoló, 

Lsa hermosa ciudad que los destinos^ 
Futuros de la América trazó? 

E' posible que un hombre que en su vida 
Combatió por la santa libertad. 

La domine á su antojo y sometida 
La tenga á. su absoluta voluntad? 

t 

Y aun no basta á su encono, á su.vmiganza, 

Tanta sangre como ha hecho derrámar, 

Que cual tigre sediento se abalanza,. ■. • 

Mi patria idolatrada á destro w? V 

. ^ * 

¡Salvaje! ■ cuyos hechos y proezas, . . > 

Son los. pechos que rasgan su. puñal, ¡ ' i 

Y una pira espantosa de cabezas, ^ . 

Aun es. poco á su espíritu infernal. , 

I 

¡Salvaje! que las ilágrimas y el Uantí', .* 

De la inocencia forma sufpjacer,, , ¿ 

Salvaje maldecidi»! cuyo encanto, 

Es la tierra teüidaiea sangre ver. .. , 




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Pero no; mas feroz, mas sanguinario, 
Mil veces mas apostata j traidor, 

£s Oribe, ese imbécil en sectario, ' 

Que sumiso ejecuta su furor. 

Y en mi patria valiente y aguerrida, 
Ese hombre sin lealtad pudo nacer ! 

Ah ! no lo imaeineis porque es mentira; 
Oriental y traidor no puede ser í ' 

Los hombres como Oribe, renegados, ' 
No tienen nunca patria ni nación, 

' Son seres maldecidos y execrados. 

Son del pueblo en que nacen un borren. 

Si su nombre grabado en la memoria, ’ 
Suele acaso legarse al porvenir, 

Es porque al leer sus crímenes é historia. 
Cual nosotros lo pueden maldecir. 

T así Oribe, tu nombre, el de Sosas, 

Jjó mismo que la patria durarán, 

Y así vuestras maldades horrorosas 
A los siglos futuros llegarán. 

No importa que suframos al presente, 
Cuando otro tiempo ha de venir después. 
Que se gocen, dejad impunemente 

Y opriman á los pueblos con sus piés. 

Que así como no quedan ni raicea 
1^1 roble que arrancára el huracán. 

Así tendremos tiempos mas felices, 

Y de ellos, ni vestijios quedarán. 

Pero si decretase el ser Divino 
Que la pátria debiera fenecer. 

Seguiremos constantes su destino, 

Y Con ella sabremos perecer. 


¡Mas nó, que Dios es grande ! si acaso á las [naciones^ 
Permite que tiranos las puedan sojuzgar; ’ 

Solo es para enseñarles coa prácticas lecciones, 

Lo que con mil avisos pudieron despreciar. 

Confiad I ,que ese Dios grande que hubo inspirado en Maja 
El grande pensamiento que el tiempo realizó,^ ' 

Acaso ya retira de su justicia el rayo, ' * ' 

Conque nuestras discordias y faltas castigó. ‘ 

Confiad^! que talvez pronto ha de llegar un dia 
En que vivamos libres en paz y en hermandad, ' ' : 

Y entonces sí diremos con gloria y ufanía . 

Al ver el sol de Mayo, — ya hay patbia y libebtad. 


KonteTídeo, 16 de Mayo 1849 


mi 


G rande oh! Patria te oetenUs y altanera 
Ce fiida de laureles tu alba frente, 

Y triunfante tremola la bandera 
Que en la lid sostuviste heróicamente. 

Por conservar tu libertad preciosa 
En cien combates con ardor lidiaste, 

Y la paz que anhelabas, patria hermosa. 
En recompensa á tu valor hallaates. 

Hoy ya tus hijos en tu templo santo 
Vienen á deponer sus oblaciones, 

Cesaron ya las lágrimas y el llanto 

Y ante tí se acallaron las pasiones. 

Solo se oye doquiera unión y olvido, 

De los errores tristes que pasaron, 

Y á tu pueblo feliz lo ves reunido 
Marchar al porvenir que tanto ansiaron. 

Hoy que tu Libertad hermosa y santa. 
En la Justicia y en la Union se escuda, 
La tierna juventud que se levanta 
Con entusiasmo oh! Patria, te saluda. 


MontCTideo Febrero 10 de 1852. 


— 7 — 


t 

DEL URUGUAY 


Coronada de laureles tu alba frente, 

Qne alcanzaste en el campo de la gloria, 
Coando luchabas ínclita 7 valiente 
Por sostener tu augusta libertad, 

Tranquila 7a reposas, á la sombra 
Del altivo laurel de la victoria; 

Y cuando el mundo tus hazañas nombra 
Te apellida la intrépida ciudad. 

Te- sobran hechos de valor jigante, 

Páginas ricas en tu historia hermosa, 

Y has alcanzado el bendecido instante 
De ahanzar tus derechos de i'^acion. 

Olvida pues el ruido del combate, 

Cambia la lid por una paz preciosa, 

Y nuestro pecho en que tu afecto late, 

Solo proclama la fraterna Union. 

Pues nada hay mas sublime 7 mas grandioso 
Qne un pueblo que lo forman solo hermanos, 
Que con esto se hará fuerte 7 coloso 

Y esperará confiado el porvenir; 

Tu serás ese pueblo patria mia, , 

Y libre de enemigos 7 tiranos. 

Te alzarás poderosa en algún dia, 

Y te vendrá el destino á sonreír. ' . 

Qué te falta por ventura ^ 

Para ser grande 7 putenté, 

Y elevar tu altiva frente 1 iM 
Con orgullo 7 magestad? 


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— 8 — 

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ir -i r I *4 

Solamente que tus hijos 
V «V Se im^n con fmWirno lazo,*"*^ 
Y se dén lin dulce abrazo 
Como signo de hermandad. 



• j . ; - 

Soló falta que patriotas 
' Todo el pasado olvidemos, 

Y á tu dicha consagremos 
£1 alma y el corazón. 

/ ” • , • . i-, 

, , Yen tus aras sacrosantas*,. . > 
' Nuestras iras adjurando, . 

Quede, el mundo contemplando., ; 
Nuestra heróica abnegación. 


Erés bella, fértil,' rica, 

Y tu hermoso y virgen seno, 

De tesoros está lleno', 

Que aun nos falta que esplotar. , 




' Tienes ríos, bosques, minas,’ . 

“ ‘ ’ Pues tan pródigo fué el cielo, ‘ / - 
Que, de mil dones tu suelo, . 
Quiso benigno colmar. 

<; ■ '* Sonríe ¡oh! ‘Patria querida ^ 
Con la esperanza dorada, 

_ De que luce la alborada 

De un risuefio porvenir. ^ . 

^ Con el cual verás borrarse' • • 
La 'huella de tus dolores, 

Y deslizarse 'entre flores • / ’ ’ 
Las horas de tu existir, • 

Y yo demandaré^ ferviente al cielo, , ^ / 
Me conceda gozar tan bello dia, ‘ 

Que después de ese plácido consuelo 
tranquilo . b^aré á la tumba .fría» 
líonterideó Ago'rto 2S de 18S4. '' 


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/>b;: f!A8Í se pasa^n’las herasfí / 
r‘ ' Y así se paüsan loa dias^' m ^ ^ ^ 

y-> v Y pasan las alegrías' . ^ ' ■ ' 

. Para ya nunca volver,’ <(.;'! .í. í. 
.Y pasa nuestra existencia, 

(«-r-w . Y así sé 'acaba la vida,’ ‘ ' \ 

Y nuestra mente aturdida’ ■ ' 

< ’ Todo esto no. alcanza á creer.' 

. '.í-íi ’ ’ . * ... 

Cada vez (^ue oigo el éco misterioso,, 
De la hueca campana de metal, ^ ’ 
Me parece <^ue escucho algo horroroso, 
Dn «nó se que» teírible é infernal. 

Pues recuerdo con cada campanada . 

• ' Que existe algo temble mas allá; 

Esa espantosa é insondable nada,‘\ 

A que todo hombre caminando vá; ' , 

. * *'•**..*' * 

Enero de 1S40. ' v &:ív - ' 

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Yióse tmdia mi patria idolatrada 
Sometida al pod^ del estraogero, 

Y en 618 moros se veía desplegada 
La bandera que poso allí altanero. 

« f . * 

Entonces no había patria, ni OrientaleSi 
Todo era yugo, opresión servil, 

Y sobre el pueblo de alta nombradla, 

Un Imperio se alzaba: el del «Brasil». 

Su poder gigantesco y desmedido, , 

Poco á poco logró consolidar, . 

Ni un recurso! ya todo era perdidos ; 
¿Quién osára la patria libertar? 

Ah ! no faltó, que el que ha nacido .bntYO, 
El que mamó en su cuna libertad. 

Sabe morir antes que ser esclavo , • 

Y dar ejemplo al mundo de lealtad. 

Treinta y tres bravos orientales fueron, 
Que hirviendo de entusiasmo y de valor, 
A libertar su patria se atrevieron 
O á morir combatiendo con honor. 

Fati^ é infortunios los cercaron, ' 

Y ellos siempre adelante con tesón. 

Hasta que al fin por su valor lograron 
Que ondease libre el patrio pabellón 

Ha de llegar algún dia 
£n que se escril^ en la historia. 

Todos los hechos de gloria 
Que tiene el pueblo Oriental» 


— 11 — 

Y al reoorrer esos hechos 
Tan nobles, tan generosos, 

Verán que ha^ muchos grandiosos 
Peroá este, ninguno ignal. 

T han de ver nombres de bravos 
Que heroicos han combatido, 

De máHires que han sabido 
Renombre eterno alcanzar. 

Pero ante todos loa hechos 

Y antes de todos los hombres, 

Veránse treinta y tres nombres 
Que á todos han de ofuscar. 

Salud valientes!! vuestra inmensa gloria 
A los futuros tiempos llegará. 

Pues cuando se halle escrita nuestia historia. 
Cada padre á sus hijos la leerá. 

£ irán desde la cuna así aprendiendo. 

Vuestro ejemplo magnánimo á imitar, 

£ irán desde la cuna comprendiendo 
Lo que un^renombre tal, cuesta alcanzar. , 

Y yo, que jóven aun canto en mi lira 
Vuestra constancia, y sin igual lealtad, i 

Aprenderé en ese hecho, que hoy me inspira ^ 
A saber lo que es — Patbia y libebtad. 

MontCTidso, Abril 19 dé 1649. 

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12 

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QÜB HJIN MUERTO EN LOS NUEVE AlKOS Dfi. GUERRA. 

* . . • A ' 

COMBATIENDO POR LA LIBEIÍtAD 


, Veneración! ¡oh! mártires grandioios, 

Que sucumbisteis con exelsa gloria; 

Lroor eterno! á los hechos portentosos, 
Que inmortalizan hoy vuestra memoria. 

Por la Patria os batisteis denodados 
Defendiendo sus ínclitos derechos; 
Moristeis como libres y soldados, 

Mus siempre viviréis en nuestros pechos. 

Con fé en el corazón; harto ^ valientes, 

A tanto precio hallasteis la victoria; 
Descendiendo á lá tumba con las frentes 
Ornadas de lauralee y de gloria. 

• 

No tachéis de fatal vuestro destino. 

Por no haber completado la jornada; 
Quedasteis con honor en el camino, 

Y ora habitáis la celestial morada. * 

Veneración! Veneración, oh bravos! 

Y gloria á vuestros hechos inmortales! 
Probasteis bien que antes de ser esclavos, 
Mueren con fé y honor los Orientales! 

Soitstideo Mayo 10 de 1852. 


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13 


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40 


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Otra vez sol de Julio en el Oriente 
Vuelves á aparecer brillante y puro, 

Y otra vez ante tí doblo mi frente 

Y lleno de entusiasmo te saludo. 

> i 

Oh! cruza magestuosó por la esfera, 
Ven á alumbrar á tu ciudad querida, 

Y la verás aun , firme, altanera 

Y digna de tu lumbre, por mi vida. 

Ven á admirar un pueblo de valientes, 

Y un ejército heróioo y denodado^ 

Y mil hechos grandiosos y eminentes 

Que mil veces tu luz ha precenciado. 

* / 

Pues los hijos de aquellos que en un día 
Nos dieron libertad é Independencia, 
Pueden decir ¡oh! sol con nfiinia, 

Que fueron dignos de tan rica herencia. 

Y la supieron mantener ilesa 
Inflamados del santo patriotismo. 
Dejando en sus contrarios bien impresa 
La terrible señal de su heroísmo. 

Sol de mis padres! sol de mis abuelos ! 
Sigue tu eterna, espléndida carrera, 

Y desde el centro de los altos cielos 
Con tu luz que en los orbes reverbera, 

Alúmbralos afanes y desvelos. 

Los sacrificios, i la ruina entera. 

Que ha costado á la patria mia, 
lÁ Libertad que conquistó en un dia. 


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— 14 — 


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ONTEYIDEO 


Astro divino, cuya lumbre hermosa, 

Los héroes guiara siempre á la victoria; 

^ Detente en tu carrera magestuoea, 

A ver un pueblo digno de tu gloria. 

Es de Mayo un magnífico trofeo. 

Es de la libertad escudo santo; 

Ahí la tienes de pié á Montevideo 
Gloria del libre, del tirano espanto. 

Ideada de peligros y combates 
Siempre firme la vi sin arredrarse. 

Cual resiste una roca loe embates. 

De las olas que vienen á estrellarse. 

Detente á contemplarla ¡oh! Sol de Mayo, 
Que ella también te adora, ella te espera; 
Y con ardor saludará ese rayo, 

Que le dirijas desde la alta esfera. , 

Ella te adora, no hay duda, 

Que eres sol de la bandera; ■ 

Que ha tremolado altanera, 

En su escogida ciudad, ) 

Te adora como el emblema, 

Del heroísmo y la gloria. 

Que eres sol de la victoria, • 

Nuncio de la libertad. 


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15 — 


A ^ .]^r ser dig^ de tu lambrei' . ^ 
Al saludarte este dia| 

Nueve aflos con bizarría 
Combatiera á su opresor. 



Contémplala 7 dí si es digna 
De que la alumbre tu rayoj ‘ ■ 

Binó sostuvo de Mayo, 

Ix>s principios con honor. . . 

Las horas do pesar y de amargura, 

Para siempre del Plata pasarán; 

Y otras horas de gloria y de ventura, ^ - - 
Sos huellas maldecidas borrarán. 


Los pueblos ven brillar la aurora Santa,-' 
Que su alianza feliz realizará; 

Y la voz magestuosa se levanta, . / 

Que á sus viles tiranos hundirá. 

Entonces bajo el sol de una bandera, 

Los pueblos marcharán en hermandad, 

Y cuando cruces la azulada esfera 
Del Plata alumbrarás la Libertad. 


Monterideo Mayo 25 de 1851. 


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- — 16 


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Al pisar tus orillas, puél)Io heroioo,^ 

De admiración se llena el 'alma mía, 

Pues te comtemplo en tu valor estóíoo 
Grande, inmortal, cual te dejé en un dia. 

' ■■ ■ 'r,y 

. t 

Yo te saludo, y ruego que tu gloria ' , 

lío mancillen, ni déspotas ni esclavos, 

Y elAngel tutelar de la victoria 
Corone el heroismo de tus bravos. , . 

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VonteTidee, Noviembre 18 de 1850 ' < 

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— 17 — 


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PBL HÉROE 


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DE* LOS y REI 


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Para el qu^ í^ere^STo^^emplo, 

No es sjjpul^o, el sinó templo. 


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No son sospiros ni menguado llanto*' 

Lio que vengo á ofrecer. 6 tu memoria, 
Es, héroe sin rival, mi ardiente canto, 
Lleno de fé, de fuego sacrosanto. 

Que á los piés pongo de tu exelsa gloría. 


Porque el recuerdo del audaz guerrero 
Que mostró en cien combates su bravura. 
Le aquel que con su brazo y con su acero 
Lió libertad y nombre á un pueblo entero 
Y nn porvenir de gloria y de ventura; 


Merece que los cantos de los vates 
Se pongan á nivel de su grandeza. 
Que narren sus victorias y^combates. 
Leí infortunio horrible los embates 
Que con denuedo resistió y fiereza. 

Y es por eso oue al ver tu sepultura, 

• Aunque el dolor mi corazón aqueja, 
Ligo á mi pueblo con la ié mas pura: 
No es una tumba solitaria, oscura, 
Londe reposa ilustre, Ijavalleja! 




19 — 


mi 


ün lauro tras otro lauro, 
Tras una gloria, otra gloria, 

Y un hecHo para la historia 
Cada hora sabes ganar; 
Mostrando pátria que ere s 
Digna cuna de los libres, 

Y que do tu acero vibres. 
Solo victoria h s de hallar. 


Mas no obtienes tus blasones 
Solo en terribles combates, 

Ni en el brio con que batea 
La Opresión y la maldad; 

Pues en medio de la lucha 
Que sangrienta y cruel se empefia, 
Alzas tá la doble enseña 
De Progreso y Libertad. 


¿ Y no es bella, no es grandiosa 
Tanta virtud y heroísmo? 

¿ Qué dirá ahora el egoísmo 
Ante tanta abnegación ? 

Y ante esos hechos sublimes 
¿Tus hijos qué te diremos? 

Tan solo que te ofrecemos 
La vida y el corazón . 


Yo, en el nombre de todos, te aseguro 
Que tanto esfuerzo estéril no será, 

Y en el nombre de todoe, yo te juro, 
Que su misión cada uno cumplirá. 


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— 20 — 

Unos, bravos, al pié de tu muralla , 
Manejando la espada 6 el cafiou^ • 
Entre la sangre, el humo 7 la metralla. 
Ileso sostendrán tu pabellón. 


Xios otros, en las aras de la ciencia, 
Aprenderán tus pueblos á regir; 

Los unos sontendrán tu Independencia, 

Los otros te sabrán hacer felizl ¡ ; 

^ JO también, entre todos, te daré, patria querida. 
Cualquiera sea el tributo que exigir quieras de mi; 

Si ciencia, hasta donde pueda, 7 si es preciso la vida. 
Que nunca hallaré mas gloria, que perdiéndola por tí. 


XonteTídeo, Enero 19 de 1850. 




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■ — ■ 21 — 

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' A LA PRIMERA COLACION DE GRADOS ’ 

DB LA 

’ümVmtlBA'Q MAYOR M ik W'üUWA 


Tu corazón dé entrada i la doctrina : 
Y tus oidos á las palabras de ciencia. 
Pr$vtrb.- Cap. 23, t. 12. 


Gloria al pueblo Oriental, que denodado 
Dando ejemplos al mundo resplandece! 
Honor al fiel Gobierno que ha fundado 
Esta Universidad que le ennoblece: 
Arbol de ilustración por él plantado 
Ya sus frutos magníficos le ofrece, 

Y á esta moderna Troya en el futuro 
Será decoro y Paladión seguro. 

Hoy la Universidad, por vez primera 
; Ejerciendo su fuero mas preciado, 

Al mérito y la ciencia verdadera 
Confiere el alto honor del doctorado: 
Candidatos ilustres, que á la esfera 
Aspiráis á subir de grado en grado. 
Vuestro gran porvenir allí está escrito, 

Y yo con débil voz os felicito. 



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Hoy con nuevo esplendor Montevideo, 
Ilustra,' si es posiole, su memoria, 

Después que ensefia al mundo por trofeo 
Noventa meses de martirio y gloria; 

De las ciencias el ínclito Liceo 
Es el padrón sublime de su historia;. 
Magnífica respuesta al necio ultraje - í ** 
Del que le osa llamar pueblo salvaje, 

Al que aprecia el honor y patriotismo, 

La ilustración le anima, no le enerva; 

Que en la lid, 6 en el foro, siempre el mismo. 
Allí Marte le inflama, aquí Minerva; 

Un pueblo en el abyecto servilismo 
Solo por la. ignorancia se conserva: 

El hombre de saber, á par que el brvo,’! 
Comprende su derecho, y no es esclavo. 

Tu corazón dé entrada á la docÍ7'ina, 

Y escucha las palabi'as de la ciencña^ 

Es del gran Salomón lección divina 
De un profundo sentido é influencia; 

La ignorancia al furor nos encamina. 

La ilustración nos mueve á la induljencia, 

Y un pueblo que de sábio el nombre alcanza 
JR-espira humanidad, y no venganza. 

I Oh, cuán digna la patria se enaltece 
En medio á sus angustias este dia ! 

Y vos á q^uienes ella el lauro ofrece 
Comprended, y estimad su gran valía I 
Es el don de una madre que fallece. 

Su ósculo, y bendición !... Mías, nó, á fómial 
La patria no fallece ! Su existencia 
Se afirma en el valor, é inteligencia.. 


— 23 — 

Cien veces, como Antéo, ya estenuada 
Al tocar en la tierra cobró alientos, 
j , Que en lueha desigual y encarnizada ' . 
Su amor de libertad obra portentos: 
!D^trozado el arnés, rota la espada. 

Dios le inspira sublimes ardimientos, 

Y no ha de sucumbir causa tan bella 
Si Dios y Libertad están por ella ! 

Y se alzará, mostrando á los humanos 
Coronada de oliva su alba frente, 

Cuando vea á sus hijos, «orno hermanos 
Abrazarse sin ódios mfi tuamente; 
Entonces á una voz los ciudadanos 
Esclamarán con júbilo en Oriente, 

Gloria á la patria de inmortal memoria ! 

Y al Dios de paz adoración, y gloria ! 


Monteyideo, Agosto 25 de 1850. 







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24 -- 


A 

pEDICADO Á MI^piNO ^ERNANDEZ 


Señor, solo una cosa en mi existencia 
Os he pedido siempre con ardor; 

Confiado en vuestra santa omnipotencia 
Yo la esperé de vos, dulce Creador * 

Vos conocéis las oraciones diarias 
Que á vuestro exelso trono yo elevé, 

Vos escuchasteis todas mis plegarias 
Que os dirigí animado por la fé. 

Cuánto tiempo, Dios santo, me ha costado 
Para lograr ese anhelado don! 

Cuántas veces. Dios grande, yo os he dado 
En cambio mi entusiasta corazón! 

Pero hoy. Señor, me diste ese tesoro; 

Hoy, Señor me llenasteis de placer! 

Dios de bondad inmensa, yo os adoro! 

Si me amparais ¿ qué tengo que temer ? 

Yo buscaba un amigo idolatrado. 

Tan constante como uno que perdí; 

Ninguno fiel, hasta ahora habia encontrado, 
Por eso á vos, Señor, os le pedí. 

Un amigo tan tierno y cariñoso. 

Como el que un tiempo recibí de vos, 

Y que allá en vuestro juicio portentoso 
Quisiste, lo perdiera, santo Dios. 


25 


Y lo encontré pcM: fin; no qniera el cielo 
Que yo tenga jamás otro mas fiel; 

Tan solo en su amistad hallo consuelo. 

Mi oorazon, mi vida, todo es de él. 

Los dos nos adoramos con ternura: 

Será eterna y sin par nuestra pasión; 

Sin él, Dios de bondad, no hallo ventura. 
Que es mi creencia, mi amor y mi ilusión. 

Señor! si en vuestro juicio incomprensible 
Disponéis que lo tenga que perder. 

Os juro que seria menos terrible 
La muerte, que ese horrible padecer. 

Pero, no! si de vos lo he recibido 
Espero que jamás lo perderé; 

Sin tener un amigo tan querido, 

Esta vida fatal maldeciré. 

Vos prometéis Señor, un paraiso 
Donde todo es grandeza y esplendor; 

El será no lo dudo, un grande hechizo. 
Pues es de vuestras obras la mejor. 

Pero yo no ambiciono mas ventura, 

Sino que Lino, siempre me sea fiel; 

Mi porvenir se cifra en su ternura 

Y es mi cielo. Señor, estar con él! 

I 

Montevideo, Agosto 20 de 1849. 


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— 26 — 


AX. PIÉ BE U33¡r GABAESe 

DEDICADO AL ADTOB 

X3E21L. -^arxJSTioijaLüO 

^R. p. j^RANCISCO DE |^IGUEROA 


¿ Adónde se dirige un pueblo entero, 

Con faz serena y paso apresurado, 
Siguiendo todos un igual sendero, 

Cual si á todos les fuese señalado ? 

¿ Corren acaso á alguna alegre fiesta 
Do les espera goces y alegría, 

Dónde cada uno al mido de una orquesta 
Olvidará sus penas á porfia ? 

¿ Corren acaso á coronar de gloria 
Al valiente que llega del combate, 

Después de haber logrado una victoria, 
Que del tirano la soberbia abate ? 

¿ Dó corren en un grupo confundidos. 

El pobre, el rico, el noble y el villano ? 

¿ Dónde van tantos hombres reunidos ? 

¡ A presenciar la muerte de un hermano I 

Y yo también siguiendo la corriente 
Del pueblo tan variable como falso. 

Quise saber donde iba aquella gente, 

Y al seguirla me hallé ¿rente á un cadalso» 


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— 27 — 


Y allí vi la justicia de este mundo, 

Su sangrienta misión llenar serena; 

Y vi también, con un pesar profundo, 
Como al hombre se juzga y se condena. 

Dios del cielo ! concluir en un momento 
Una existencia jóven todavia. 

Solo para que sirva de escarmiento 
A esa turba insensible, como fria! 

Como si el Juez, allá en su inteligencia, 
De castigar no hallase otra manera, 

Que qui^ndole al hombre la existencia 
Como cosa fugaz y pasagera. 

Y cuántas veces ese desgraciado 
Que se condena como un ser maldito. 

Por la miseria al crimen arrastrado. 

Tuvo entre mil virtudes undelitol 

Cuántas veces el que hoy pone su frente 
Bajo la cruel cuchilla del verdugo, 

Pué otro tiempo un soldado asaz valiente 
Que á su pati ia libró de triste yugo! 

Y cuántas veces de una madre anciana. 

Es el solo sosten en la existencia, 

Y asi muriendo en una edad temprana 

La deja sumergida en la indigencia ! 

Pero no hay en el hombre miramiento; 
Porque no hallajusticiaenser humano, 

Y cree que no hay castigo, ni escarmiento 

Sin derramar la sangre de un hermano! 

Yo vi caer su cabeza ensangrentada, 

Y oí también su postrimer gemido; 

Y al ver ya la justicia consumada, 

Me alejé, de su suerte conmovido. 

UonteTideo, Agosto 3 de 1850. 





Pátria querida! entre tus grandes dias * 
Uno hay sublime, mágico, inmortal. 

En que enseñaste al mundo que sabias 
Sostener el honor del Oriental. 

Diez y seis de Febrero! dia grandioso. 

De recuerdos de gloria y libertad ; 

En la historia del pueblo magestuoso 
Inscripto irás á la posteridad. 

Todo lo borra el tiempo en su corriente, 
Solo el recuerdo llega á subsistir; 

Mas tu oirái á la venidera gente, 

Tu nombre augusto siempre repetir. 

No es un combate solo, una victoria . 
Lo que tu nombre llega á revelar, 

Sí un monumento cuya eterna gloria 
‘ De siglo en siglo intacta ha de pasar. 

Era un poder coloso, formidable. 

Quien quiso cruel mi patria de'^olar, 

. ,Y de sus hijos el lanzon y el sable 
Ese poder audaz hizo temblar. 

¿No veis al frente de mi patria hermosa 
Ese enemigo, cuanto fuerte cruel? 

¿No comprendéis acaso que su fosa 
Está labrando el mísero para él? 





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T ella altanera con la frente erguida 
Llena de glorias 7 de lauros mil, 

Pronta á mostrar que nunca sometida 
Será al poder de un opresor servil. 

A ' esos laureles patria idolatrada, 

Pienso 70 una hoja con mi lira unir, 

La única ofrenda que al poeta es dada 
Y que 70 espero quieras admitir, 

Qu izás no quiera el cielo que algún dia 
Te dé una hermosa cual mereces tú, 

T la existencia dé con bizarría 
Por defender tu pabellón azul. 

Con qué placer 70 ofrecería mi vida 
Porque tu nombre oh! Dios se haga inmortal 
Feliz entonces 70', patria querida. 

Te adoro mucho, sí; — nací Oriental. 


MoniCTideo, Febrero 28 d« 1 849. 



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INO fERNANDEZ 


Ha7 momentos sublimes en la vida^ 
De magestuosa 7 bella inspiración, 
En que el alma se siente conmovida, 

Y palpita con fuerza el corazón. 

Todo es para nosotros misterioso, 
Nada se puede entonces comprender. 
Se agita el pensamiento silencioso, 

Y no sabe si dudar 6 creer. 

Entonces es que las ideas 
Se agolpan en nuestra mente, 

Y vemos con el presente. 
Reunido lo que pasó. 

Allí miramos por fuerza 
Nuestras virtudes y vicios, 

Y vemos los precipicios 
Que nuestras manos labró. 

Ah I son instantes muy bellos 
Para el que vive inocente, 

Mas no para el doleciente, 

Para el infiel, ni el traidoí. 

Son bellos para aquel hombre 
Que su alma mantiene pura, 

Y ageno de la impostura 
Conserva su corazón. 


A 


omentos, 

nto8 

ander. 


1859. 





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DEL « Adiós á Montevideo 


Cuando un poeta al elevar su canto, 
Admirando la patria en que he nacido, 

Asi le rinde un homenage santo, 

Imposible es dejarlo en el olvido. 

Quiero cumplir yo la misión sagrada 
De agradecer sus votos elocuentes. 

En nombre de mi patria idolatrada, 

Y en nombre de sus ínclitos valientes. 

Si, gracias por el n< ble pensamiento 
Be antes verla en ruinas que vendida; 

Nu son palabras que se lleva el viento: 

Tan noble predicción vereis cumplida. 

Pues si sucede que á este pueblo bravo, 

Esa Francia tan grande abandonara. 

Lo verán sucumbir, antes que esclavo. 

Que esa mancha sus glorias mancillara. 

Y orgullosos tendremos el consuelo 

Al ver nuestro estandarte ya hecho trizas. 
Empapado de sangre nuestro suelo, 

Y nuestra patria heróica hecha cenizas; 

Que un hombre admirarásiempre elocuente 
El sitio do existió este pueblo fuerte, 

Y entusiasta dirá: «fué muy valiente, 

Y muy digno también de mejor suerte.» 


líonteTÍdso, Diciembre 11 de 1S49. 


-- 33 — 


do too Moioootoo 

BEL 

jÜANTON yERUÁ 


CORO 

A la lid nacionales valientes, 

Del cantón invencible Yerná, 

De laureles ciñamos la frente, 
Guerra, guerra y habrá libertad. 

Compafieros la Patria reclama, 

De sus hijos valor 7 lealtad; 
Sostengamos la ensefia adorada 
T alcancemos un lauro inmortal. . 
A las hordas salvages que invaden 
Nuestra rica 7 gloriosa nación, 
Demostremos que nunca se abate 
Délos bravos el ínclito ardor. . 

CORO 

Á la lid nacionales valientes &. 

Ya en Cepeda probára el Caudillo 
Como saben los libres vencer, 
Conquistando del sableé loe filos 
Mil coronas de verde laurel. 

Que no espere pisar los derechos 
la patria dm gran San Martin; 
Por muralla hall^ nuestros pechos 
Pues juramos vencer 6 morir. 

cono 

A la lid nacionales valientes A. 


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— 34 — 

Que se atreba^ que audaz se presente 
Ante el bravo primer batallón, 

Y sus viles sicarios ostente, 

Que le esperan fusil y cafion. 

Entre tanto al combate esforzados 
Marcharemos con paso marcial; 

A probar lo que son los soldados 
Del cantón invencible Yeruá. 


CORO 






A la lid nacionales valientes, 

Del cantón invencible Yeruá, 

De laureles ciñamos la frente. 
Guerra, guerra y habrá libertad. 


Baenos Aires, Noviembre 8 de 1859. 


•''i* 

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jí.iii.,*' 

. t . . 

> I* t‘, • ^ 


f 



I 





Ap«D8B en la aurora de la vida 
Yo pasaba inocente mi existir, 

Y cruzaba esa senda bendecida 
Que cruza el que empieza su vivir. 

Era un nifioy gozaba los placeres 
Que goza comunmente lanifiez, 

Y el mundo con risuefios caractéres 
Me pintaba mi tierna candidez. 

S^guia el camino de fragantes flores, 

Sin detenerme en mi carrera audaz. 

Ni comprender los tristes sinsabores. 

Que tras sus goces, d¿ el mundo falaz. 

Pero en medio del mágico contento, 

En que mi vida veia deslizar. 

Me perseguía fatal un pensamiento 
Que basta ahora no be podido d^ifrar. 

Era u aa sombra, un ente sin flgnra, 

Que acibaraba todo mi placer. 

Una gota de hiel en mi ventura. 

Una «nada» que me hace padecer. 

Y comprendí que era buscar en vúio, 

A mi tristeza algún objeto real. 

Pues ese triste y uisterioeo arcano, 

No existiendo, existia por mi mal. 

Yo en mis plegarias demandaba ardiente 
Algún alivio á mi fatal dolor; 

Quería arrancar de mi entusiasta frente 
£1 pensamiento cruel y matador. 



— 86 — 


Nanea he podido, en medio á las delicia» 
De que en mi vida me he visto rodear, 
En medio de las célicas caricias, 

Qae una beldad me sapo prodigar; 

En medio de loe juegos candorosos, 

De esa ilasoria 7 deliciosa edad. 

En medio de esos sueños vaporosos. 

Que disipa después la realidad. 

Y en fin, en medio de la edad risueña. 

En que se halla doquier solo placer, 

Y en la vida mas dulce 7 alhagúefia. 
Tenía algo que aun no puedo comprender. 

Yo me hallo todabia en la primavera. 

En la aurora preciosa del vivir. 

Mi vida se desliza lisonjera. 

Brillante me aparece el porvenir. 

Yo tengo un ángel de cabellos de oro. 

De misterioso 7 sin igual mirar, 

Una beldad que con delirió adoro, 

Y que nunca en la vida he de olvidar. 



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— 37 — 

A &A HISH@&1A S«1 AMIttO 

JsiDRO j[)ARYAJAL 


Morir! cuando en redor todo respira, 
Cuando todo sonríe en el dolor. 

Bbrro. 

Do estás amigo ? mi mirada anciosa 
£u vano tiendo sin poderte hallar, 

Yaces por siempre en una helada fosa, 

De la que nunca volverás á alzar. 

Ta tos palabras tiernas, en mi oido 
No sonarán con éco encantador, 

Ya no veré tu rostro tan querido. 

Ni estrecharé tu mano con ardor. 

Morir tan jóven ! sin gozar los dones 
Que te brindaba mágico el vivir. 

Sin disfrutar las bellas ilusiones 
De un delicioso y rico porvenir. 

I Dejar la vida, apenas en su aurora, 

En la edad de venturas y placer, 

Y dejar una madre que hoy te llora, 

Cuando dichosa se miraba ayer! 

Dejar hermanos tiernos y afectuosos, 

Una patria, que en tí debió esperar, 

Y tus amigos siempre carifiosos. 

Que fíeles tn infortunio han de llorar. 


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— 38 — 


Triste 7 iátal ha sido tu destino, 

Flor que la helada marchitó ai abrir. 
Cayó tu vida, cual hermoso pino, 

Que viene el huracán á sacudir. 

Adiós Isidro ! si en la tumba oscura 
Pueden mis tristes cantos penetrar, 
lío deseches la lágrima que pura, 

A tu memoria vengo á consagrar. 


Montevideo, Setiembre 12 de 1849. 


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Flor mÍ8teriosa y fragante, 
Que creces entrelazada, 

Y á alguna reja amarrada 
Te estiendes en rededor; 
i Oh ! cuanto envidio tu suerte, 
Pues tal vez de esa ventana, 
Un ángel por lamaOana 
Te riega dichosa flor. 

Si tu fragancia se une 
Con su aromático aliento, 

Se lleva volando el viento. 
Perfume tan seductor; 

Aun mas feliz si te pone 
El rostro afable y sereno. 

En tu purísimo seno. 

Velado por el candor. 

La tienes á toda hora. 

Ante tu vista presente, 
Conoces cuanto ella siente. 

Sus inquietudes, su amor; 

¡ Oh ! como pasar querría 
Mi vida feliz y ociosa 
Al lado de alguna hermosa, 
Cual tú, aromática flor. 



p. LA SEÑORITA 


Voy á partir del Plata mageetnoso, 
Para la Patria bella en que nací, 

Y llevaré el recuerdo delicioso, 

Del ángel bello á quien mi amor le di* 

Tendré su imágen hechicera y pura, 
Oravada en mi entusiasta corazón, 

Y ella será eq mis horas de amargura. 
Un bálsamo que calme mi aflicción^ 

I Ah I que triste será al concluir el día, 
La mirada tender en derredor, 

Y estando á orillas de la mar bravia 
Medir lo que me aleja de mi amor. 

Entonces pediré ferviente al cielo. 

Que su belleza me couceda ver, 

Y esa esperanza me dará' consuelo. 
Cambiando mis pesares en placer. 

Y al fin un dia yo veré cumplido. 

Lo que hube tanto tiempo de anhelar, 

Y ai volver á tu lado ángel querido. 
Mas te amaré, si mas te puedo amar. 


Xonterideo, Noríembre 27 1843. 


41 — 




infeliz ! él Bofiaba con su hermoea, 

^ne solo en snefios de su amor gozabaj 

Y en BU ilusión divina y delicioea, 

Pensó que entre sus brazos la estrechaba. 

Y ella en tierra lejana y estrangera, 
Hace tres afios que su ausencia llora^ 

Y volver á su lado solo espera, 

Y este don de los cielos solo implora. 


Despierta de ese suefio tan divino, 

Cree oir el ruido de sercana huella, 

Y una mujer! un ángel peregrino. 
Vuela ásns brazos y \ oh placer ! es ella. 



lionterídeo, Junio 26 de 1850 



4 


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—.42 — 


/ 


MI 


qUERIDO 


AMIGO JA, 



# 


Es la amistad una pasión muy noble, 
Formada por un Dios omnipotente, 

Es un amor muy puro é inocente 
Que pocos hombrea pueden alcanzar. 

Y un amigo querido y verdadero. 

Es nn rico tesoro y muy hermoso, 

¡ Mil veces si! feliz y venturoso 
£1 que un amigo fiel puede encontrar. 

N 

T nosotfos Manuel sí, ya que el cielo. 
Quiso darnos un don tan delieioso. 

Con un amor vehemente y ardoroso 
Jurémonos amar hasta espirar. 

Que yo conozca si, que mi existencia, 
Está unida á tí, amigo idolatrado. 
Conozco, si, que fuera desgraciado. 

Si estuviera un instante yo sin tí. 

Pues te quiero con un amor ardiente. 

De todo corazón ¡ ah ! yo te amo; 

1 Cuantas lágrimas tiernas yo derramo, 
Cuando pienso mi querido en tí ! 

Nunca te olvidaré amigo adorado. 

Antes la muerte, si, que abandonarte, 

Te juro, si, Manuel que yó he deamart^ 
Con el amor mas fiel hasta morir. 


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— 43 — 


Y cuando llegue ese momento triste, 

En que deje en la tierra lo que adoro, 
Cuando por mi se vierta un tierno lloro, 
Porque del mundo me voy á alejar; 

Entonces sí mis lábios moribundos. 
Pronunciando tu nombre amigo amado, 

Con el rostro en mil lágrimas bañado. 

Me acordaré de nuestra juventud. 

Y las palabras últimas que exale 
Mi corazón estando moribundo. 

Serán — siento dejar el mundo, 

Por que dejo un amigo que es mi amor. 

Y entonces espirando yo tranquilo. 

Mi cuerpo llevarán al Campo-Santo, 

¿Y tú derramarás un triste llanto, . 

Por quien te supo amar hasta morir?... 

k* . 

líonteyideo, Octubre 10 de 1846. 


/ 


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44 


3t*|» 


Flor modesta y olorosa 
Que creces en los jardineS| ' 

Y á las rosas y jasmines 
Aun te suelen preferir. 

Eres la flor favorita 
De la bella, que amo ardientei 
Pues por su mano inocente 
Siempre te he visto elegir. 

Te resguarda misteriosa 
De tus hojas la espesura, 

No descuellas en altura 
Como el blanco y puro azahar; 

Pero logras que así oculta, 
Creciendo al pié de las rosas, 
Te prefieran las hermosas, 

Y aun te vengan á buscar. 

Hace tiempo ya que un dia. 

La beldad que tanto amo, 

Me ofreció un precioso ramo 
De violetas, nada mas. 

Lo conservo, aunque está seco, 
Como un recuerdo sincero. 

De aquel ángel hechicero 
Que no olvidaré jamás. 


JoUo, 9 de 1869. 


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— 46 — 




Cual la niebla vaporosa, 

Como la brisa’sutil 
La lijera mariposa, 

Va vagando en el pensil; 

Y desde el jazmín al lirio. 

Desde la rosa al clavel. 

Liba en su loco delirio. 

De una flor 7 otra la miel. 

Y al formar en sos volidos. 

Circos 7 líneas en cruz. 

Sus mil colores lucidos, 

< Tornasolan con la luz. 

Jira inquieta 7 ni un instante, 

Te detengas á posar. 

Que asi imitas lo inconstante, 

De la vida terrenal. 

Vuela del eliotropo á los jazmines. 

Desde el rojo clavel hasta la rosa; 

Y vaga por los prados 7 jardines. 

Fugaz, inquieta, alegre 7 revoltosa. 

¿Qué importa que te tachen de liviana. 
Estos que habitan este impuro suelo? 
¿Piensas acaso que en la vida humana, 

Ha7 mas constancia que en tu raudo vuelo? 

¿Piensas que el mundo encierra realid^es? 
¿Piensas que de ellas gozarán los hombres? 
¿Piensas que aquí podrás hallar verdades? 
¡Cuánto te engafiasi solo existen nombres.... 


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Cifras, que el hombre en su fatal demencia, 
Dijo «con ellas dura mi memoria»; 

Y aun llama opinión, á otra creencia. 
Fortuna, honor, reputación y gloria. 

Pero todo es furaz y pasajero, 

Todo lo borra el tiempo y lo arrebata; 

Como lleva las nubes el Pampero, 

Que el cielo nublan del hermoso Plata. 

Y solo existe una verdad inmensa, 

Que sobrevive al tiempo que derrumba ; 
l^lo una realidad profunda, intensa, 

«Y es que marchamos todos á la tumba.» 


Sigue bella mariposa, 

Tu alegre y rápido vuelo, 

Y no ceses bulliciosa. 

De vagar de rosa en rosa, 

Sin tocar jamás el suelo. 

Tu me animas y recreas. 

Con tu inquietud incesante 
Cuando fugáz revolteas, 
¡Cuántas variadas ideas. 
Cruzan mi mente al instante! 


Jira y forma en los volidos, 
Circos y lineas en cruz; 

. Que tus tintes escojidos, 

Y tus colores lucidos. 
Tornasolan con la luz. 


1 


Y en rápido movimiento, 

Leve, fugáz, indecisa, ' 

Velóz como el pensamiento: 

Jira una vez, diez y ciento. 

Columpiada por la brisa. 

¿Qué importa que te tachen dé liviana? ■ 

Vuela festivo insecto sin recelo; 

¿Piensas acaso que en la vida humana. 

Hay mflfl constancia que en tu raudo vuelo? 


Montevideo. Febrero 26 de 1851.^ 








% 


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Eecuerdoe de delicias qne pasaroDi 
No 08 Tengáis á agolpar en confusión; 

Idis dichas, mis ensuefios; se acabaron; 
Dejad libre por Dios mi corazón. 

Abl no traigáis un nombre á mi memoria 
Cajo recuerdo es triste, abrasador; 

Nombre que encierra para mi una historial 
De amores, de placeres, de dolor 

Ella era pura como un ánjel; bella. 

Cual los delirios de mi mente inquieta; 

Era de mi vivir la clara estrella, 

T la amé con carifio de poeta. 

¿Por qué una vez tan pura j tan hermosa 
Con su sonrisa eelestial la vi? 

De sus labios purísimos de rosa 
¿Por qué escuché su amor j lo creí? 

Loco de mi 1 mi ardiente fantasía. 

En pos de tanto encanto se lanzó; 

En mi existencia fui feliz un dia, 

Y después! j después! todo pasó 

Eecuerdos que cruzáis por mi memoria, 
No me traigáis su nombre encantador; 

Ah! que él encierra para mí una historia. 
De lé^mas, de dichas j de amor. 


— 49 




px, pR. pR. p. pvis jíoSÉ DE LA ^EÑA 
3nr jroiiBKB ss ios EsmiiAinTs de la deitemidas xíciomu 


CORO 

Saludemos compañeros, 
Con entusiasmo y ardor, 
Al ilustre Dr. Peña 
Nuestro digno protector. 


Como un padre carifioso 
Nuestros pasos ha guiado, 
El solo nos ha mostrado 
El sendero del saber: 

Al él deberá la Pátria 
Que sus hijos en un día 
Con talento y bizarria 
Sepan su honor mantener. 

CORO 
Saludemos etc. 


El ha grabado en nuestra alma 
Con sn saber 7 prudencia, 

El anhelo por la ciencia 
El amor por la TÍrtud. 

4 


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60 - 



•T * V. 


Justo es ^tie con entuaiasmt 
Todos en coro clamemos: 

«A quien tanto le debemos 
Glóriaf Aiíiior y Oratitud.» 

''^CORO • 



Saludemos compañeros, ^ 

Con entusiasmo y ardor, 

Al ilustre Dr. Peña 
Nuestro digno protector. 


MonteTideo, Junio 21 de 1851.3 ' 

* • y ’ * 


V 



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— .61 — 


8in conocer las penas de la vida 
A este mundo engafioso me lancé; 
Y por la senda 'májica 7 florida, 

. Que me ofreció, sin vacilar crucé. 


El me brindó sus esquisitos dones, 

Me hizo admirar su pompa 7 majestad; 

Y me entregué á brillantes ilusiones, ¡ 

De que no vi jamás la realidad. 

Felicidad! loe hombres me decian, 

Y en busca de ella sin cesar corrí: 
Felicidad! los hombres repetían 
Fantasma hermoso que 70 nunca v^ 

En dónde está? á los hombres preguntaba. 
Quien és? ¿acaso algún mortal la vió? 

Y á mi pregunta nadie contestaba. 
Porque jamás ninguno la encontró. 


Busquéis en vano en medio á los salones. 
Donde el lujo brilló con profusión; 

Y al reasumir mis propias impresiones, 
Nada encontré que llene el corazón. 


Busquéis entonces en medio á los placeres 
Con que nos brinda májico el amor; 

Y hallé un cariño ardiente en las mujeres^ 
Pero fugaz, mentido, ^engañador. 


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Y disfruté cuanto hay aquí de hermoso, 
Cuanto anheló mi loca voluntad; 

No hubo placer que no gustára ansioso, 

Por encontrar esa felicidad. 

No existirá, ]^r Dios, ella en la tierra? 
Sstará Tnftfl allá del ataúd? 

¡Oh nól que el mundo ese tesoro encierra, 

. ¿Sabéis dónde encontrarla? en la virtud 


MonteTideo, Junio 12 de 1851 .' 


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— 63 — 


, , . : 1 

Lejos de tí la vida es un tormento, 

Pues solo tu reanimas mi existencia, 

Que eres mi inspiración, mi pensamiento, 

Mi porvenir, mi amor 7 mi creencia. 

Mas i tn lado vuelvo á hallar la calma; 

Que tu sonrisa vitjinal 7 pura. 

Es talismán purísimo que al alma. 

Hace volver la dicha 7 la ventura. 


Agosto 23 de 1851. 


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—“64 


y %py 


Un instante tan solo en mí existencia, 

Te vi 7 con entusiasmo te adoré; ' • ' 
lií amor, mi porvenir y mi creencia, 

En mi delirio loco te llamé. 

¿ Porqué admiré 70 el fuego de tus ojos, 

Que encendieron en mi alma tal pasión. 

Si se habian de tomar luego en abrojos. 

Las que flores supuse en mi ilusión? ■ ' 

¿ Porqué miré tu fáz pura 7 divina. 

Tu mirar hechicero 7 seductor ? 

¿ Porqué oí de tu boca peregrina, 

Mil protestas de eterno 7 firme amor ? 

¿ Porqué dijiste con tu labio amante, 

■ Mi vida entera con mi amor te do7» k 

Si debí conocer en un instante, 

Que a7er mentiste como mientes ho7 ? 

Así de la humana vida, 

No sé si en ventaja 6 dafio, 

Viene el triste desengaño, 

A mostrar la realidad. 

Así miramos deshechas. 

Lias ilusiones brillantes. 

Que encadenan por instantes. 

El alma 7 1 *^ libertad. ^ 

Ohl sí; todo con el tiempo 
Cual humo se desvanece, 

Y en breve desaparece 
Como la niebla sutil; 

Todo lo arrebata el tiempo, 

Las dichas, 7 las congojas. 

Como arrebata las hojas, 

La brisa inquieta de Abril. 



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=-55 - 


Y pobre delegue se 

A la ventara ficticia, ^ 

Qae DOS finie una caricia, 

De una hecnicera majer. 

De aquel que se desengafia, 

Con una triste esperiencia, 

Y ve la gran diferencia, 

Quevá desde HOY hasta, AYM* 

V 

Keserva, ángel hermoso, esa ternura, 

Que me ofreciste ayer con tal ardor; 

Qué importa que yo te ame con locara ? 

8i has de mentir, no quiero, no, tu amor* > 


XonteTíáeo, Hayo 26 18&1 


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— 6 « — 


A# * * I» 


•*>**• . J’. 


En el alba rísuefia de la vida, 

Cuando todo sonríe á nuestros ojos, 
Yo cruzaba esta tierra bendecida. 
Pisando flores sin hallar abrojos. 

Era esa edad tranquila, indiferente. 

Sin ambición, deseos, ni creencia; 

En que nada medita nuestra mente. 
Que altere la quietud de la existencia. 


Pero en medio á esas horas de ventura. 
Te presentaste como un ángel bello; 
Ah! To te vi tan seductora y pura 
Y del amor sentí el primer destello! 

Apenas pode contemplarte, hermosa. 
Naciera en mi purísimo un carifio, 
l>esconooido á mi alma venturosa; 

Era el primer amor, amor de nifio. 


Y de entonces Jamás en mi memoria, 

Se borrará tu imágen seductora; 

Que no se olvida la fugaz histeria. 

De la primer mujer que el alma adora. 

Tú desapareciste ante mis ojos. 
Llevándote del corazón la calma; 

Y yo perdí las flores; solo abrojos, 

Al cruzar por la vida encontró el al ma. 


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— 67 — 


Pero boj te vuelvo á bailar bermósa y purai 
De este muodo engafioso en el camino; 

Hoy mas que nunca admiro tu bermosura, 

Y juzgo qne es amarte' mi destino. 

' Tu comprenden mi amor, él es ardiente 
Cual las creaciones de mi mente inquieta; 
Unico para ti, puro, inocente; ^ 
í^o es el amor délbómbre, es del poeta. 


XoBteTÍdet, Agosto 6 de 18S1. 


» 


—.68 — 


t 1 


DE LA 


^RA. pA. ^ANUBLA ^BREZ DB y^DIA 


RECÜBRDO DE SU DOLORIDi FAMIWi 


* > 


Ante ese asilo silencioso 7 santO| 
Dó sus restos han ido á reposar, 
Una ofrenda de lágrimas 7 llanto, 
H07 viene su familia á consagrar. 


Que la que encierra esa terrible fosa,- 
Fué modelo de honor 7 rectitud j 
Madre exelente, incomparable esposa. 
Practicó solo el bien 7 la virtud. 


Jallo 30 de 1851 


— 69 — 


A «II# 


Es el iojel de psz y de inocencia 
Qne endulza.y embellece mi existencia, 

F. P. 

Si es cierto que tenemos un destino, 

Si á cada hombre 'el Cielo dió una estrella, 

Yo no dudo que el astro peregrino, 

Que alumbra mi existir es solo «Ellas. 

«Ellas, palabra májica y preciosa. 

Que reasume la dicha de mi vida; 

Esperanza encantada y deliciosa. 

Que me hace la existencia bendecida. 

En medio del torrente de pasiones 

Que ha inundado este mundo de impureza, 

Yo paso mi existencia entre ilusiones. 
Contemplando su célica belleza. 

Honores, esplendor, riquezas, gloria, 

¿Qué valéis para mi sin su ternura? 

Ilusiones pasad! qne en mi memoria, 

Solo tiene lugar su imájen pura. 

Id en pee de esas jentes que os anhelan; 

Corred á hacer felices á esos hombres 
Que por lograros tanto se desvelan; 

Pues que yo os considero solo nombres. 

¿Sabéis cuál es mi gloria? Solo «Ellaa . 

Es «Ella» la ambición' de mi existencia^ ; 

Mi ilusión, iki esperanza la mas l^lla, , . 

Mi amor, mi porvenir y mi creencia. ' ' ^ 


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— 60 — 


Dios al formar los anerabes 
Para embellecer su cielo, 
Quiso también dar al suelo, 
Aójeles de paz 7 amor; 

Que suavizasen las penas 
Del mundo con su presencia, 
Librando nuestra existencia. 
De pesares 7 dolor. 

¿Y qué fuera de la vida. 

Si no hallase nuestra mente. 
Un corazón inocente, 

En quien po<ler confiar? 

¿Si no hallásemos un ánjel. 
Que amándonos con ternura. 
En las horas de amargura. 

Nos viniese á consolar? 

Solo un caos de miserias. 

Un infierno de pasiones. 

Sin amor,¡sin ilusiones, 

Sin encanto ni placer. 

Y en lugar de un paraíso. 
En vez de un Edem florido. 
Seria un valle maldecido. 

Do copo al hombre nacer.* 

¿Y qué fuera de mi vida 
Si so anjélica presencia. 

No templase en mi existencia, 
.Mis penas 7 mi aflicción? 

¿Si con su mirar divino, 

Si con su sonrisa pura. 

No calmase la amargm^' 

Que sufre mi corazón? 

Pasad, ideas fatales de mi mente, 

No turbéis mis preciosas ilusiones; 
Dejad que pulse mi laúd 7 ardiente. 
Cante del corazón las emociones. 


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¿Pensáis turbar acaso mi contento, 

Cuando me acuerdo de su imájen bella? 
¿Creéis acaso ocupar mi pensamiento, 
Cuando entusiasta lo consagro á «Ella»? 

Oh! pasad por piedad que en mi memoria, 
Solo vive su amor y su hermosura; 

Lo demás, esplendor, fortuna, gloria, 

¿Qué valen para mí, sin su ternura? 

Que es mi fortuna 7 gloria solo «Ella» 

^ «Ella» la ambición de mi existencia. 

Mi ilusión, mi esperanza la mas bella. 

Mi amor, mi porvenir 7 mi creencia. 


Montevideo, Julio 3 de 1850. 



— 62 — 

A LA MUERTE DE MeRCEDITAS 


* , V i> vJ 

Pobre ñifla! cuando apenas • ' ' 

Asomabas á la vida, , ) 

Te doblegaste abatida, : 

Al soplo del huracán. 

Pobre ñifla! tu has probado, ¿ ¡w 
Con tu infortunada suerte. 

Que la vida con la muerte 
A un paso no mas están. 

Pero no, tú eres dichosa , 

Pues tu alma ÍBOC“nte y pura 
No ha sentido la amargura 
De la vida terrenal. 

' Tú eres feliz, ñifla hermosa, 

Pues de Dios en la presencia. 

Tu alma llena de inocencia. 

Goza de dicha eternal. 

Si eres ánjel en el cielo 
Ruega ñifla al almo padre. 

Consuele á tu triste madre. 

Que fe llora desde aquí. 

Ruégale por tus amigos 
Ruega por tu patria amada, 

Y después ñifla adorada, 

• Ruégale también por mí. 


\ 


63 — 

FANTASÍA 


HeluI rapide meteora 
Trop Tit elle a fult loin de nona 
Doit elle n’apparaitre encoreT 

BBBAKOBR. 


Un snefio, una ilosíon, no sé qué ha sido, 
Mas yo la vi tan pura y tan preciosa, 

Como se ostenta en el Abril florido. 

Sobre sh tallo la fragante rosa. 

Negros como la noche eran sus ojos. 

Lindo contraste á su cabello de oro; 

Como el carmín eus lábios eran rojos, 

Y el éco de su voz, dulce y sonoro. 

Pasó como una sombra ante mi vista. 
Llevándose del corazón la calmaj 
Un momento la vi, y mientras exista. 

Su imájen guardará grabada el alma. 

Pasad vosotros, seres ideales. 

Orlados por el capricho del poeta, 
Imágenes divinas, celestiales. 

Que vivís solo en nuestra mente inquieta. 

Pasad vosotras, ricas ilusiones. 

Sin luz, sin nombre, sin verdad, ni vida; 
De nuestras fantasías creaciones. 

Que solo en ella encuentran acajida. 


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Pasad vosotras, bellas de la tierra,^ 

Que alucináis al hombre con caricia, 

Y con la miel que vuestro amor encierra, 
Nos hacéis concebir dichas ficticias. 

Dejad gozar al corazón exento, 

De las bajas pasiones terrenales;^ 

Y que se lance audaz el pensamiento, 

Dn pos de sus encantos divinales 

I • 

Yo siento el roce leve de su velo. 

Como el aire sutil y trasparente; 

Vi su traje celeste como el cielo. 

Vi también la guirnalda de su frente. 

Y vi una mano oculta y misteriosa. 
Trazar las cifras de su nombre hermoso; 

Y al deletrearlo mi mirada ansiosa, 
guardé con respeto religioso. 

Ah! no lo preguntéis, que por mi lábio. 
Nunca será esa prenda profanada; 
Dádiva de los cielos, fuera agravio 
Kepetir esa cifira venerada. 

Ella ha de ser el talismán divino 
A cuyo impulso corra mi existencia; 

El libro donde lea mi destino, 

Simbolo de mi fé y de mi creencia. 

Y del ángel divino que un instante 
Pasó como una sombra ante mi vista. 
Será un recuerdo puro, que incesante, 
Me haga pensar en él mientras exista. 


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— C5 ^ 


9:} 


Madre de Dios, purísima María, 
Espejo de inocencia j de candor, 
Tú qne conoces bien el alma mía, 
Aooje bondadosa mi clamor. 


No te pido nó, nn reino, que abomino. 
Del mundo la locura y vanidad, 

Y veo que la vida es un camino, 
Una senda qne va á In eternidad. 


No te pido ni honores ni riquezas, 

Ni cetros ni diademas de rubí. 

Yo desprecio esas pompas y grandezas. 
No se hicieron, seflora, pai a mí« 


No envidio los carruajes, los palacios. 

Ni ese régio y magnífico esplendor. 

Ni los trajes sembrados de topacios. 

Con que adorna su cuerpo un gran sefior. 


No envidio, nó, los báquioos festines. 
Esas orgias de lujo y corrupción; 

Ni esas fuentes preciosas y jardines. 

En que gastan con tanta profusión. 

Que todo es para mí una sombra vana. 
Que poco á (toco el tiempo ha de destruir; 
¿De qué sirve esa pompa si mañana. 
Todo eso habré dejado de existir? 


Ir 


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— 66 — 


Yo amo á un temí benndeo, per^^o, 
Lo adoro oon delirio, con pasión; 

£1 és mi porvenir y mi destino, 

Mi esperanza, mi amor j mi ilusión. 


No tengo mas delicias en mi vida, 
Mas encanto ni gloria que su amor; 
Oh! si mirase esa ilusión perdida,' 
Vería correr mi vida con horror. 


Ah! c|ue nunca la pierda; vos, sefiora, 
Podéis tantos tormentos impedir! 

AI lado de mi Bertha encantadora, 
Cuán risucflo seria mi porvenir! 


Cuán lleno de placeres y delicias, 
Exento de amarguras y pesar, 
Gozando del amor y las caricias. 
Que me sabría mi Bertha prodigar! 


No tendría magníficos jardin&s, 

Con estáluas que el arte trabajó, 

Mas sí un bosque de rosas y jazmines, 
Que para su recreo plantaría yó. 


Madre de Dios! purísima María, 
Modelo de inocencia y de bondad. 
Ah! no taches mi súplica de impía. 
Acéptala, sefiora, por piedad. 


Ah! derrama en mi vida la ventura. 
Consérvame mi Bertha con su amor; ' 
Sin su mirar, sin su sonrisa pura, • ' > - 
Yo mirára la vida con horror! 

Enero 9 de 1849. 


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•4 mi' 


Ijw recuerdos fugaces del poeta, 

^usi Siempre careden de valor, 
ues solo son la voz con que interpreta* 
-Lio que pasa en su ardiente corazón. 

Y si ese corazón es como el mío, 
lan jóven y tan lleno de pesar; 

^al rudo empuje de huracán bravio, 

-tía visto sus ensueños disipar; 


n 6u él las dulces il isiones, 

^ue de un prisma al través muestran el mi 
oino solo las tristes impresiones, 

^ue deja un desengaño harto profundo; 

Y si ese corazón es como el mío. 

Avido de justicia y de verdad, 

X encuentra por doquier, hasta el hastío, 
-t ingimiento, mentira y falsedad; 

¿Cómo esperar que lo alucine necio, 

^n goces de una vida tan falaz ? 

¿Cómo esperar sino mortal desprecio, 
x^or este mundo, cuanto falso audaz ? 


¿Cómo esperar que brote de mi lira, 

IJn éco delicioso de placer, 

Siá mi cabeza juvenil no inspira. 

Un dulce ensueño, una ilusión de ayer? 


Yo habría^do feliz si la ventura 
Que á o^os enoánta, me encántase á mi 
Pero al sondear el alma, hallo amargura 
£n lo que goces llaman por aquí. 


Así no estrafies mi querido amigo, 
Que brote triste de mi lira el son, 
Pues en mis versos solamente digo , 
Cuanto pesar abriga el corazón. 

« » * 

Y apesar de eso con confianza espero 
Que mi recuerdo quiei^ aceptar; 

El es triste^en verdad, pero sincero. 
Como pocos te lo han de presentar. 

1 


Febrero H de 1852. 




-= 69 '-: 



Flor preciosa entre las flores. 
Hechicera y purpurina, 

Que embalsama peregrina, 

F1 ambiente con tu olor; 

Y llevas el nombre puro, 

Del ángel que yo amo a^ente^ 
Ven á inspirar en mi mente, 

Un canto fugaz de amor. 

Sobre un trono de esmeraldas. 
Creces purpúrea y fragante, 

Y te muestras elegante. 

Con tus tintes de rubí. 

Cada vez que te comtemplo 
Tan preciosa, pienso en ella; 
Ven un instante, flor bella, 
Kenneva su imágen, sí. 

Ella es reina entre las bellas. 

Tu eres reina entre las flores, 

Y emblema de los amores. 

Yo siempre te buscaré. 

Obi cuán feliz si en mi tumba, 
Viniese tierna y bondosa, 

A colocar ima rosa, • 

. El ángel que tanto amé. 


laero 23 de 1840. . ' 


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1 


— 70 — 

yilÍADERO 


t; ■ . 

En un ensuefia de mi. mente inquieta 
Vi aparecer fugaz una visión, j . V 
Pura como un ensueño de poeta, . ' 

Como un ángel de paz y bendición. / 

Era un querube cuyo rostro hermoso 
Deseara acaso el ángel del amor. 

Cuyo mirar ardiente y delicioso 
Era sublime, puro, encantador. 

Aéreo el ropage, blanco como nieve 
Del mas precioso y delicado tul, > .! 

Iba dotando con la brisa leve 
Ceñido al cuerpo con un cinto azul. 

Vengo á ofrecerte dijo, cuanto ardiente 
Pudiera apetecer tu corazón, 

Todo aquello que idear pueda tu mente, . ; 
Cuanto anhele tu gnstoó tu ambición. 

Vente conmigo que en el puro cielo. 

En esa ideal magnifica mansión. 

Solo se encnentran dichas y consuelo. 

Todo es placer, delicias, ilusión. 

K quieres cantos, dulces armonías, 

Puras y suaves hallarás doquier; 

Si eres poeta y quieres poesías. 

Verás cantares, cual no esperas ver. 


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Si amas un trono, ai eres ambicioso, 
f o te daré ano, bello como el sol, 

£n que te eleves, grande, portentoso, 

T seas de un pueblo el ünico sefior. [ 

Y si quieres quedarte aquí en la tierra. 

Si filósofo quieres soledad, 

H&bla! que al punto cuanto el mundo encierra 
Yo pondré á tu sola voluntad.' 

¿Quieres riquezas^ te daré á millares; 

¿Quieres honores? te daré sin par; 

¿Quieres viajar? te haré cruzar los mares; 

Si, quieres glorias, ven, te haré triunfarl ' 

¿Quieres un ángel de mirar divino 
A quien tú puedas con delirio amar. 

Que te prepare el mas feliz destino, ' 

Que tus pesares pueda suavizar? 

Yo te daré uno, cuyas trenzas de oro. 

Cuya sonrisa sea tan celestial. 

Que aunque recorras el divino ooro 
No encontrarás una belleza igual. 

Sefior, le dije, no ambiciono gloria. 

Yo desprecio los tronos, su esplendor. 

No me importa que el mundo allá en su historia 
Mi nombre escriba con escelso honor. 

¡Las riquezas! Las tenga quien las quiera, 

¡Los honores! ¿Qué son si han de concluir? 

¡Las hermosas! Las amo: mas quisiera 
Hallar una que sepa no fingir. 

n 

* 

— ¿Qué pides, pues? me preguntó admirado, 

Di, tns caprichos q^uiero contentar. , ' 

— Sefior: que de mi Eduardo idolatrado 
Jamás me llegue el hado á separar. 


Febrero 14 de 1849. 



— 72 — 


y UNO SOLO SER qUERIDO 


LEYENDA 

Ea una calle muy larga 
Que llaman del Arrabal, 

Una noche oscura y fría 
De un furioso temporal; 

Una de esas noches tristes 
Que á cualquiera hacen temblar, 

De una casa á la ventana 
Se v6 á una hermosa asomar. 

Pasado que hubo un instante 
Se vió una puerta girar. 

Que dió pasó á un embozado, 

Que con tiento empezó á andar. 

Tornó la bella i asomarse 

Y otra vez tomó á cerrar, 

Y en un completo silencio 
Volvió la calle á quedar. 

Es Catalina una muchacha hermosa, 
Su rostro rebosando juventud; 

Hasta ahora su existencia era dichosa 
Nada acaso turbára su quietud. 

A pesar que tres jóvenes ardientes. 

Le ofrecen con su mano el corazón, 
Ella á todos miraba indiferente 
Sin prestar á ninguno su atención. 


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t 


— 73 — 

Siempre' escacha en silencio sos promesas 

Y á pesar que se burla de su afan, 

Hay quien dice que recibe las ñueiaa 
De Guillermo; por ser el mas galan. 

Y aun no falta su cierta mala lengua 
Que dice que en su casa un hombre vió^ 

Y de su honor y su virtud en mengua 
Que era Guillermo — asi le pareció. 

En un sitio delicioso 
Una tarde de verano, 

Conversando mano á mano 
Dos hombres juntos se ven. 

Ceñida llevan su espada, 

Ko son de un alto linaje, 

Pero muestran por su traje 
Que hombres bajos no han de ser," 

Federico: dijo el uno. 

Siempre triste, siempre sério. 

Tu abrigas algún misterio 
Que me quieres ocultar. 

¿Di, qué tienes? porqué guardas 
Para mí tanto secreto. 

Sé mas franco y te prometo 
Que nunca te ha de pesar. 

Fecíeríoo—Bien lo sé, querido Enrique, 

Que tu me amas sin segundo, 

' Mas mi dolor es profundo, 

Imposible de aliviar. 

Sufro, sí, porque amo ardiente 
Sin tener correspondencia* 

Y mi vida, mi existencia 
Ss un continuo esperar. 


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^ u 


Mas nó, miento, que ella me ama, 

Si yo lloro ea porque quiero, 
que de celos me muero 
Por eso sufro y no mas* 

Sí, de celos, si yo viera 
Que otro conmigo la amára, . 

¡Vive Dios! no me bastára 
Poderle el alma arrancar. ■ ■ ? 

Enrique — No te aflijas, Federico, 

Con paciencia y calma espera. 

Que eso es solo uua quimera 
Que tú te quiexes forjar. . . 

Yo amo^tambien, Federico, ' • 

Como tú; cou desatino, • " 

A un ángel puro y divino 

Y así mismo me ves reir. 

Federico — ¿Di, Enrique, y te corresponde? 
Enrique — ¡Oh! no hay duda que ella me ama. 
Fedenco — ¿Me dirás cómo ee llama? • 

Enrique — ¿Qué te podré yo negar? 

t * 

¿Conoces á un angelillo 
Que se llama Catalina? 

Federico — ¿La que vive en una esquina 
Del barrio del Arrabal? 

Enrique — La conoces? es la misma. 

Federico — ¡La misma, pues vive el cielo, 

Que ahora mismo habrá aquí un duelo, 

Y uno de ambos morirá! . , 

Enrique — Federico, ten prudencia, 

No procedas como u¿ loco. 

Sociégate antes un poco 
Porque vas á perecer. 


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Defiéndete con cuidado ' 

Que, por Dios Santo, no cedo. 
Pedmoo~No hay caidado que, si puedo, 
Muy pronto te haré ceder. , 

Cruzábanse las espadas 
Dando estocadas de muerte, ^ 
Pero tuvieron la suerte, 

Que un hombre al punto los vió. 


Interponiéndose entre ellos 
Logró, así desapartarlos, ' 
Pero, sin duda, al mirarlos ‘ 

' Muy sorprendido quedó. 

• . » j ^ 

— Enrique, les dice entonces, 
Tó, Federico, riñendo; ' ‘ 

¡Es cierto lo que estoy viendo • 
O es acaso una ilusión? ' ■ 


JPederíoo— Sí, Guillermo, me batía 

Porque aborrezco la vida, “ ^ 
Porque á una misma querida 
Amábamos con pasión. ' 


(hJiMUrfno — Y ten corto era el motivo? 

Tomadlo, pues, á jarana, * 

Que bien sea hoy ó sea mañana 
tendréis que conformar. ; 


Dejad de riña, esta noche •, 
Celebro yo mi himeneo, • \ 
Si estáis libres, según creo, 
Vendréis conmigo á cenar. 


Enrique — ¿Con que te casas, Guillennp? 

Dios conceda á tu querida - , 
Y á tí mil años de vida. 

De amor y felicidad. ' ; 


4 


i 


— 7ÍÍ — 

f 

JFeder{c(h-~Jx) miamo yo te deseo, 

Que siga feliz ta estrella. ’ . - 

¿Ufas el nombre de esa bella "1 

No se puede revelar? 

GuiUermo^No hay para ello inoonveñiénte, 

Es la sin par Catalina, 

La (me habitaba la esquina 
Del Darrio del Arrabal. 

A&ingrue— .¡Te casas con Catalina! 

¿Es un' sueño 6 un delirio? ^ 

Esto es, Guillermo, un martirio, 

Que no es posible aguantar. 

GuiUermo — ^¿Qué estás hablando, ahí, Enrique^ 

Con tus sueños y delirios. 

De desgracias y martirios 
Que no puedo comprender? 

Tederieo — Mejor es tomarlo á risa; 

Guillermo, escucha un momentOf 
Oyeme quieto y atento, . / 

Lo que te voy á decir: 

\ 

Esa misma Catalina, 

Esa muger tan hermosa. 

Que hoy mismo vá á ser tu esposa 
Xa amaba yo, y él también. 

Era por ella la riña, 

¡Con que mira si hay motivo 
En todo lo que te digo 
Para hasta el juicio perder! 

* ^ * • * * * 

Pero ahora ya no hay remedio, 

Vive siempre tú dichoso, . 

Pues he visto que es ocioso 
Tanto llorar y gemir. 


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♦ 


JSnr if n» " <SI, Gaillwiao, Dios k <(aiso 
Que así todo sucediera; 

ya nuestra quimera, 
Vámonos á divertir. 

. Y tomándose del brazo 

Los tres amigos partieron, . 

Y juntos se dirijieron 
Al barrio del arrabal. 

Subieron una escalera 
^ Y «razando nna ant^Ia, 
Llegaron hasta una sala 
Donde debieron cenar. 

Y allí junto á Catalina, 

Hiendo todos á porfía. 
Olvidaban que ese dia 
Se iban por ella á matar. 

Y gozaban sin cuidado. 

Sin maldecir su destino. 

Pues una copa de vino 
Las penas hace olvidar. 

Guillermo se casó con Catalina, 
Vivieron muy felices y contentos, 

Y renovaban siempre esos momentos 
Yendo los cuatro juntos á cenar. 


Xonterideo, Mano 31 de 1858. 



: tu 




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♦ 


— 78 — 

. í'v» * ' 


Ls esceni representará un bosque sombrío y agradable; apareierin 
en ella:— Cárlos, Enrique y después Manuel*' 

ESCENA I. 

Gárh » — Te encuentro muy solo Enrique, 

Dime tus cuitas, mi amigo. 

Pues sabes que nunca abrigo 
Secretos yo para tí. 

JEnriquíe — Gracias, Cárlos, bien conozco 
Que eres franco sin segundo; ‘ 

Y amigT nunca en el mundo 
He tenido yo mas fiel. 

ét ' *♦ • 

Y como sé que con gusto 
Sabrás mi amor y ventura, 

Te diré que una hermosura 
Mi esposa pronto ha de ser. 

t •* » . / 

Qírloa — Me alegro mucho en verdad 

De una dicha tan cumplida, t 

Y deseo que esa querida • ' : 

Sea digna, Enrique, de tí. 

JEkrique — No dudes que es seductora 

Tan linda como una estrella; 

Es en fin Cárlos, tan bella 

Cárloa — Como la mereces tú. 

Efnriqu.e — Gracias, Cárlos, basta de eso, 

¿Mas no vés este que viene? 

Cárloa — ^Mucha semejanza tiene 

Con nuestro amigo Manuel. 


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79 — 


Enrique — Es el oiismo, ya do hay duda; 
Bien venido seas mil veces, 
Oárlos — Vaya, Manuel, si pareces 
En lo gordo un canciller. 

ESCENA II. 

Los mismos — Vanael 

Manuel — Gracias, gracias, mis amigos. 
Mas decidme ¿por qué asuntos 
Loe tres aquí estamos juntos? 
¿Por carambola tal vez? 

EnriqwSin duda, Manuel querido; 
Mas bendigo tu venida, 

Pues nunca tendré en mi vida 
Un momento tan feliz. 

Bodeado de los amigos 
Mas queridos de mi infancia, 
Gozando de la fragancia 
De este bosque encantador; 

Y pensando en la hermosura 
Que me prodiga caricias,... 
Dame, Manuel, las albricias. 
Que me caso — y tal vez hoy. 

Manuel — ¿Con que te casas? 

Cárlos— Se casa. 

Enrique — Con una hermosa hechicera 
Manuel — ¿Y no sabremos siquiera 
El nombre de esa beldad? 
Enrique — No hay, amigo, inconveniente. 
Cárlos — Una petición tan justa,... " 
Manuel — Dímelo i- ver si me gusta. 
Enrique — Es el rabo de la sartén. 

Marzo 28 de 1848. ' ' . . 


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CANCION 


Virgen de amor é inocencia 
A quien amo con delirio, 

Ven 7 calma el cruel martirio 
Que padece el corazón. 

Ven con tu dulce soorísa, 

Que es mas pura que el ambiente, 
A calmar el fuego ardiente 
De mi ardorosa pasión. 

Imposible es Adelina, 

Un instante contemplarte. 

Sin al momento adorarte 
Con el mas ardiente amor. 

Que tu angélica mirada 
l.os corazones fascina, 

Y tu beldad peregrina 
£1 alma llena de ardor. 

Ven, bella, que de mi lira 
Pulsando las cnerdas de oro, 

Te diré cuánto te adoro. 

Cuán ardiente es mi pasión. 

Y que no tendré en la vida 
Mas encanto ni ventura, 

Que adorarte con ternura 
Pues es tuyo el corazón. 


MoDleTideo, enero 2 de 1850. 



Á pOLORCITAS j^AMPILLO 


' ' ' '/i t: j j 

■'■•••(,-[,■ ,4 

¿Qué significan todas esas fiorea ' 

Que ya marchitas, bella amiga, están? 
¿Son un recuerdo encantador, Dolores, 
Son los testigos de un pasado a&n? 

¿O las conservas solo en tn cartera 
Para que exhalen su hechicero olor? 
Veamoe, amiga, si serás sincera,' 

¿Son un recuerdo de amistad 6 amor? 


¿Quién sabe si esas aromas 
Que el aire ya ha marchitado. 
Encierran todo un pasado 
De encantos y de ilusión? 


¿O quizás son la esperanza 
De hallar en lo venidero. 
Un porvenir lisongero 
Que anhela tu corazón? 


Quizás no sean un recuerdo ardiente, 
Sino una ofrenda pura de amistad; 

Y quizás las pusiste allí inocente. 
Por alguna feliz casualidad. 


Es preciso que te diga 
Que no sé mi bella amiga 
Que serán. 



} 



Iffla deBooi¿ 0 | l>olore8, 
Que inútilmente esas floree 
AMeetán. 


Puede ser que yo llegue todavía 
Ese misterio oculto á peneti^i 
Y si entonces lo acierto, amiga miS| 
Con fifauquexa me lo has do confesar*. 


f lebrero 2 4e i84f. 




CANCION 

I Eres tan bella cual purpúrea rosa 
Que se ostenta hechicera en el penail; 
Tu sonrisa es mas suave r deliciosa 
Que la brisa balsámica de abril. 

Son tus ojos preciosos, dos loceros 
Que despiden un fuego abrasador; 

Tus lábíoB dos carmines hechiceros 
"Y tn rostro la imágen del amor. 

Yo te adoro! tu nombre idolatrado 
Vive, hermosa, en mi ardiente corazón 
Te hallo do quiera, mi ángtl adorado, 
Como ai fueras célica ilusión. 

Tú eres mi amor, tú sola, Jorgelina, 
Llenas de encanto y dicha mi existir, 

Y tu sonrisa pura y peregrina 
Me hace de amor el corazón latir. 

XoBtCTÍdeo, febrero 14 de 1851. 



rr- U — 




h 


A SEÑORA 


Jda ^DELVIRA 


Canta, sublime mujer, 

Que tu cantar peregrino 
Hace á mi alma comprender 
Cuánto hay de grande en tu ser 
Que anima un fuego divino. 

* - • • ♦ 
Canta, mujer seductora, ' > 

Que tus ricas armonías, 

Tus notas encantadoras, 

Son bálsamo de mis horas ' ' 

De tormentos y agonías. ' 

Canta, bello ruiseñor 
Que la brisa pasagera '• / 

Trajo á este suelo de amor, v / 
, Para cantar el verdor '1 - ; 

De su al^re primavera. • ' > 

Porque ese canto armonioso ' 

Que exhalas, Ida, del alma, 

£s talismán misterioso 

Que vuelve al pecho el reposo ' V 

Y dá al corazón la calma. 

Perla escogida de Oriente 
¿Quién vale lo que tú vale?? 

¿Quién alza ante tí la frente 
Que no caiga tristemente 
Ante un acento que exhales? 

Que eres la artista querida 
I >el pueblo montevideano, , 

Y solo tú, bella Ida, 

Nos haces amar la vida 
Con tu génio sobrehumano. 


Diciembre 3 de 1853. 


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■85 




Nada un la tierra ieuala á sa tenmra 
Ni nada hay comparable á su bondad; 

T no anhelo en la existencia mas ventura 
Sino su eterno afecto y su amistad. 

No me es posible ni por un momento 
Vivir ausente de mi amigo fiel, - '> 

Que mi vida seria un fatal tormento ' 

Si hubiese dé pasarla lejos de él. 

¿Qué valen de este mundo 1^ riquezas 
Que el hombre tanto gusta atesorar? * 
¿Qué valen esas célicas bellezas > 
Que llegamos ardientes á adorar? 

¿Qué valen los honores, la grandeim? 
¿Qué vale la' opulencia y el poder. 

Si suele muchas veces la cabeza 
Con el puesto 6 empleo también caer? 

Todo es solo una sombra vaporosa 
Que brilla cual relámpago fugaz; 

Todo es una visión rica y hermosa 
Que reluce un momento ; — nada mas. 

Más quiero con mi amigo idolatrado 
Mis dulces horas en quietud pasar, ' 

Que de ese mundo hermoso y celebrado, 
Las glorias y riqueps alcanzar. 

Son para mí mas' bellas sus caricias. 

Sus carifios níe causan mas placer, , 

Que el que pudiera hallar en las delicias 
Que este mundo fatal suele ofrecer; ' 

Porque él es mi esperanza mas querida, 
Mi mas preciosa y mágica ilusión. 

Es el mas dulce encanto de mi vida, . 

El amigo que adom el corazón. 

HtnteTídeo, mayo 27 de 1849^ • - - - i 


\ 


«, X 


— .86 — 


Eres 8Ín par seductora^ 

Tu mirada es deliciosa, 

Son tus mejillas de rosa 
Tu sonrisa encantadora. 

Tantas gracias atesora 
Tan solo un ángel del cielo, 

Atí al mirar en el suelo 
A tan perfecta criatura | 
Conozco que de hermosura 
Eres Elvira un modelo. 

Al mismo tiempo que hermosa 
Eres modesta 7 sencilla, 

Pues en tu porte no brilla 
La afectación vanidosa; . 

Eres suave y cariñosa, 

Tan amable como para. 

Asi, pues, si en hermosuiu 
Pareces ángel del cielo 
También eres un modelo 
Be sencillez y ternura. 

La reina de las hermosas - 
Te llaman cuantos te miran, , 
Y á cuantos te oyen admiran, 
Tus palabras afectuosas; 
Elvira, esas son dos cosas 
Be que no se vé modelo 
Mu^as veces en el suelo, 

Por eso yo no me pasmo 
Te digan con entusiasmo. 
Eres un ángel debci^o* 


— 8T — 

■Caando te miro vestida 
De una tela trasparente, 

^pe llevas ligeramente 
'Con elegancia prendi^; 
ISntonoe est&s ten Incida 
■Qne al ver tu sonrisa pora 
X esa sencilla hermosura, 
Tanto mi entusiasmo sube 
Que 11^ á creerte un querube 
^ forma de criatura. 


Abril 13 da 1849. 



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^umUnm 

. ’i ■ . .f . 

su ÁLBUM 


I 

Quiero poner en tu álbum, bella amiga, 
Un ardiente recuerdo de amistad, 

Pero quiero también que cuanto diga 
Sea sincero, abundante de verdad. 

Nunca, hermosa; mi lábio te ha mentido 
Lisonjas que no puedas merecer, , , 
Cuanto te ha dicho verdadero ha sido. 
Tú muy bien lo has podido comprender. 

Pues la amistad, Justina, es verdadera 
Cuando es franca y escenta de doblez. 
Tú sabes si es 6 nó la mía sincera, 
¿Puedes decir que te engaflé una vez? 

II 

Si he'dicho que eres hermosa 
¿Habré, Justina, mentido? 

’ N6, que eres tú mas preciosa 
Que la perfumada rosa 
Que crece en abril florido. 

Si dije que tus cabellos 
Parecen hebras de oro 
No mentí, que el cielo en ellos 
Al formártelos tan bellos 
Te dió, Justina, un tesoro. 



■'89 — 


Y acsBo te habré mentido 
Ál ponderar tu sonrisa? ’ 

No, que haeta débil he sido 
Al compararla á esa brisa 
Qae á nno deja adormecido. 

III 

Y ya que conoces que leal y sincero 
Mi lábio, Justina, jamás te engafió. 

Acepta el recuerdo sencillo que hoy quiero 
En tu álbum precioso poner también yo.- 

Si acaso recorres sus hojas un dia 

Y entre otros recuerdos te encuentras con él, 
Algún pensamiento, bella amiga mia 
Dirije al poeta, tu amigo el mas fiel. ' ; . > r 

El cual ruega en tanto que el cielo piadoso 
Te dé el mas risueño feliz porvenir, 

Y puro, tranquilo, contento^ dichoso, ' 
Lleno de delicias corra tu existir. 

.■ ■ «. : 1*; • 


Ábrül7delS49. 



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f - ■ •-. j • 'r • . ’w. '/i • t ‘ ; 



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En ^brnani ’ 


Era Elvira, en verdad, coal la sofiára 
Del poeta la ardiente |fanta8Ía! 

Era Elvira! cuál fiel la interpretára 
El músico en su' célica armonía! 

Y tú solo ángel bello que viniste 

A endulzar nuestras horas de amargara, 
Pudieras entender como entendiste 
Al poeta 7 al músico á esa altura. 

No haf mas allá en el arte 7 el talento, 
Qne ser mas fuera 7a ser sobrehumano, 
Pues dominas el alma, el pensamiento ■ 

Y el corazón, oh! artista soberana. 

Tú nos haces llorar cuando tú lloras, 

Y nos haces reir, si te parece. 

Nos haces adorar lo qae tu adoras, 

Y aborrecer también lo que aborreces. 

Dónde están los escollos de la ciencia, 

Que no superes con tu ^nio ardienM? ' 
Dónde ha7 un rol vida 7 de conciencia 
Que no interprete tu inspirada mente? 

Norma, Linda, Loe Foecari, Lacia, 

La Fidanzata, Hemani, El Juramento, 

Y otras cien, ¿no nos prueban cada día 
Ese variado 7 sin igual «talento? 

¿Quién te creerá la misma el ver hermosa 
Tu magostad en Norma 7 tu grandeza, | 
Si te v6 en Don Pascual tan bullioioea, 
Tan radiante de gracia 7 gentileza? 



r 91 — 


Y recordar no puede, la memoria 
lia variedad de mágicos instantes 
En que nos haces entrever la gloria 
Transportando las almas delirantes? 

Pero si hasta ahora, artista peregrina. 
Inimitable 7 grande te mostraste, 

En Hemaui has estado tan divina 
Que á tu mismo talento superaste. 

Si existe mas aUá en el canto humano, 

Y tú puedes probárnoslo en un día, 
Deten |por Dios! tu génio soberano 
Pues si cantas mejor nos matarías! 


Moaterideo, octubrs;28 de 1853. 


i 


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— 92 

' ' que adornaba la aien 

DE MI AMADA ^ERTA 


Flor fragante que orgullosa 
.Adornas la pura aien 
De una jóven candorosa 
Qie es mi dicha, que es mi bien; y 

Yo al mirarte tan dichosa 
Tengo celos, flor de tí. 

Porque obtienes de mi hermosa 
Lo que ella me niega á mí. 

Si te mira con dulzura , . 

Y tú exhalas suave olor, 

Ella entonces con ternura 
Te dá un ósculo de amor, 

Posa bella, flor preciosa. 

Tu destino es de envidiar. 

Pues consigues de mí hermosa 
Lo que no puedo alcanzar. ^ 

Celos tengo de tu suerte. 

Pues gozas tan alto bien, 

¿Y quién no los tiene al verte 
En tan angélica sien? 

Al deshojarte, flor bella 
Tos hojas recojeré, 

Y como un recuerdo de «ella» 
Marchitas las guardaré. 

VontoTideo, mayo 30 de 1849. 


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-- 93 — 

^ MI MADRE 


¿Por qné el dalce recuerdo de mi historia 
No se pierde en la tamba del olvido? 

Por qué viene á golpear en mi memoria 
Con el duelo presente, bien perdido? 

Yo también de la vida en los alboree 
Sofié un mundo de encantos 7 delicias; 
¡Eran tan bellas mis primeras flores 
Que nunca imaginé fueran ficticias! 

Bodaron ay! los afios presaros'», 

Y arrastraron tras sí mis ilusiones; 

Y del alma los suefios vaporosos. 

Disipó el huracán de las pasiones. 

Busqué el placer por estraviada vía. 
Pensé que la tranquila paz del alma. 

Se hallaba en el bullicio de la orgía, 

Y me aturdí sin encontrar la calma. 

Trae el amor corrí con desvarío. 

Divinizó en mi mente á las mugeres, 

Mas vino el desencanta, y el hastío 
¡Desenlace fatal de los placeras! 

Sin alas los mundanos serafines 
Del vicio vi arrastrarse por el lodo, 

Y maldije mujeres y festines 
Ilusiones y amor, maldije todo! 

¿Qué resta al corazón sin esperanza • 

Que ha perdido la luz de su creencia, 
Cuando al tender la vista en lontananza 
Un desierto le ofrece la existencia? 


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-^94 — 


¿Coandó el viento gledal del desei^lfiá. 
Disipa el encantado panorama, 

Qne imaginamos ver por nuestro dafio, 

Y apaga de la fé la ardiente llama? 

Entonces el corazón marchito y yerto 
Lie cede su dominio á la cabeza, 

Y mide el ^nsamieato ese desierto 

Y le aterra su incógnita grandeza. 

Hasta anhela en su loco devaneo , 

Un plomo in&me que su sien taladre, 

Mas se alza entre el blasfemo y su deseo. 

La sombra idolatrada de una madre. 

Becuerdo santo, talismán bendito, 

Que inspira abnegación en la desgracia; 

Y que al borde inseguro del delito. 

Vuelve el mortal á la perdida gracia. 

jAh! que fuera de mi, madre del alma. 

En medio de mis crueles decepciones. 

Sin tu recuerdo celestial, que calma 
El erizado mar de mis pasiones? 

Por tí sufrí sereno y resignado 
La dura ausencia de mis patrios lares, 

Y á través del torrente me he lanzado 
Que me condujo hasta ignorados mares. 

Y si he anhelsido la mundana gloria, 

Y si un laurel sofié para mi frente, 

Ko es porque el mundo guarde mi memoria 
Es para darlo ¿ tu carillo ardiente. 

1 

Talvez está en mi porvenir ya escrito 
Que nunca se realice mi delirio; 

Y en lugar de nn laurel, logre el proscrito,. 
La espinosa corona del martirio. 


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— »6 — 


Mi raerte esperaré ooa iaa tranquila. 

No me aterra el abismo por profundo; 

Si una lágrima asoma á mi pupila 
Será, maA’e, por tí, no per el mundo. 

Guiurda en tanto la hiatoria de mia penas 
Que en tu pecho hallarán a^nro puerto.. 
Qniaiera enviarte florea j no arenas < 
lías no brotan en mi árido deaiaito! 


ItasM áiraa, Man# 18 de 1819. 



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/ 



A 




* • I 




.■f 


Tú eree el ángel & (|aie(n amo afdienté, 
'De i/ii vida la mágica ilnsion; 

El ensuefio mas bello de mi mente^ ' 
El ángel qiie idolatia el corazón. 


Te adoro, sí, tu célica sonrisa 
Si la miro á tus lábios asomar. 

Me aparece mas dulce que la brisa 
Que en la tarde nos viene á refrescar. 

Si contemplo tu angélica mirada, 

O si admiro tus látúoa de rubí, 
Entonces ¡ohl mí Adela idolatrada, 
¡Cuánto cariño tengo para til 


Porque solo, ángel bello, tu presencia 
Ha podido mis penas suavizar; 

Tú endulzas y embelleces mi existencia. 

Tú la vi la ¡oh mi amor! me has hecho amar. 

¿No me amas tú tarab'en con ternura? 

¿Qué delicia hallaré yo en mí existir? 

De tí pende tan solo mi ventura. 

De tí pende mi hermoso porvenir. 


Yo te adoro, mi Adela: si algún día 
Tú me llegases con delirio á amar. 
Entonces podria ver, hermosa mia. 
Tantos bellos ensueños realizar. 

ItonteTideo, julio 9 de 1849. 


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— 97 — 

A ■ 


Cuando recorras los recuerdos bellos 
Que en cada hoja de tu álbum hallarás, 

El mió, que también yo dejo entre ellos. 

En esta última página verás. 

Si buscas un recuerdo delicioso. 

Una ofrenda que sea digna de tí. 

No abras Ja hoja, que habrá otro mas precios» 
Que el que yo pueda dedicarte aquí. 

Si buscas un recuerdo verdadero 
Que consagr a un amigo á tu b» dad. 

Entonces ábrela porque es sincero 
El que te ofrece en ella mi amistad. 


M«yo27del849. 


I 


T 


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— 98 




A WiUm. .■ 



N SU ALBUM 


Esta es la página, hermosa, 

Que el corazón ha elegido. 

Ya que tu le has permitido. 

Que te ofrezca una oblación. 

Porque ella encierra un emblema 
De felicidad y calma. 

Que no puede leer el alma, 

Sin una intensa emoción. 

Que esa rosa que no envidia 
Sus colores á la aurora. 

Es tu imágen seductora 
Con tus gracias y primor. 

Eres tú con tus hechizos, 

Con tu célica dulzura; 

Eres tú con tu hermosura. 

Con tu angélico candor. 

Pero di me, el pensamiento 
Que está al lado de la rosa, 

¿Es acaso el tuyo hermosa. 

Que también lo has puesto allí? 

¿El no encierra algún misterio. 

Un emblema delicioso. 

Algún recuerdo precioso, 

Y esclusivo para tí? 

Yo no lo sé; mas si ese pensamiento, 
El tuyo solamente, hermosa, es; 
Permite que te deje este momento. 
El mió, no á su lado, aquí á sos piéSt 

Montevideo, noviembre 15 de 1856. 


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Tn nombre es para mí cifra^bendita 
Que guarda con esmero el corazón, 
Página de una histeria en que medita 
El alma con suavísima emoción. ' 

Símbolo de amistad en algún dia, 

Yo le quiero estas líneas consagrar; 
Guárdalas sin temor, amiga mía. 

Que es un amigo quien las vá á dejar. 


t 


Mario 38 de 1851. 


100 




Pasan las horas del placer, amenas 
Como pasan las cosas de la vida; 
Quedando de ellas un recuerdo apenas 
Que consuele nuestra alma dolorida. 

Pues que la árida senda de este mundo 
Tapizada es de espinas y de abrojos, 

Y en cambio de la dicha de un segundo 
Viene un afio de lágrimas y enojos. 

Quiera Dios que al pa^ar las lindas horas 
Que adormecen tu vida venturosa. 

Solo placer y dichas seductoras 
Sientas en tu alma, María Luisa hermosa. 


Abril 15 de 1853. 


— 101 ~ 

A 


Son sns cabellos de orO; 

Es sa sonrisa divina, 

Y su beldad peregrina 
Cual la de un ángel de Dios. 

Sus lábios son dos rubíes, 

Sus dientes perlas preciosas. 

Son sns mejillas dos rosas; 

Como ella, en fin, no habrá dos. 


Agosto 20 do 184t. 



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( 


— 102 — 

- i ‘ • 

Ti • 


Ya que quieres que un recuerdo 
Yo te deje en tu cartera, 

Como una prueba sincera ' 

De mi invariable amistad. ’ 

i * • i 

Voy á trazar estas líneas, 

Y al dejártelas, confío, 

Las guardes amigo mío \ 

Con carifio y con bondad. 

Cuando al abrir tu cartera 
Algunas veces las leas, 

Y cuaodo mi nombre veas 
Al pié de aquesta oblación; 

No olvides, querido amigo. 

Que encierra este pensamiento ' ’ 
£1 mas dulce sentimiento 
Que abriga mi corazón. 

Consér’^alo, amigo mió. 

Que aunque es tan pobre la ofrenda. 
Tendrás en ella una prenda 
De lo que te quise á tí. 

Y al disfrutar algún dia 
La dicta que te deseo,. 

Estos renglones, yo creo, 

Te barán acordar de mí. 


Octubre 18 de 1856. 


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— 103 — 




Quieres una ofírenda, Emilia 
Para tu álbum hechicero; 

Yo te dejaré sincero, 

Un recuerdo de amistad. 

Recuerdo sin mas valia 

Que el nombre que lleva al írentei 

Ofrenda pobre y ardiente, 

Pero llena de verdad. 

No puedo mas, soy poeta, 

Y al celebrar tus encantos, 

Tan solo te ofrezco cautos 
Faltos de fuego y pasión^ 

Cantos tristes como mi alma, 

Sin bellezas ni ilusiones; 

Fugaces inspiraciones 
Que nacen del corazón. 

Pero ¿qué valen, hermosa, 

Mis versos y mis leyendas? 

¿Qué son las pobres ofrendas 
Que vengo á ofrecerte aquí? 

Nada! nada! si una pongo 
En esta hoja, amiga mia,' 

Es porque al verla en un dia 
Pienses un instante en mí. 


líonteTídeo, Diciembre 10 de 1849. 


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104 — 


Xfm f 


Que corra tu existencia tan dichosa 
Cual corre la de un ángel en el cielo, 

E ignore siempre tu alma candorosa 
Los pesares que existen en el suelo- 

Y halles la vida mágica y brillante, 

Y este mundo un Edén rico y florido, 
Donde se encuentre un g<*ce en cada instante 

Y dó se dén las penas ai olvido. 


MontCTÍdeo, Diciembre 10 de 1840. 


— lOi — 

Qu£ bs la rosa ' 


Era un pimpollo fresco 7 purpurino 
Que el céñro risnefio acariciaba, 

Y que del sol al rajo matutino 
Sobre hojas de esmeralda se ostentaba» 

Ayer era una rosa delicada 

Que daba sus perfumes al ambiente, 

Y su cáliz abierto en la alborada 

Cien hojas de carmin mostró esplendente. 

Mañana 7a do habrá de flor tan bella 
Sino un boton marchito 7 deshojado; 

Sus hojas ¡aj! alfombrarán la huella 
O el huracán se las habrá llevado 


Montevideo, Mario 20 de 1852. 


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_ 106 


Tú á quien adoro con amor ardiente, 
Como mi única dicha en la existencia, 
Tú que eres mi esperanza mas vehemente 
Mi porvenir, mi Dios y mi creencia; 

Tú, cuya faz hermosa y peregrina 
La envidiáran loe ángeles del cielo. 

Cuya mirada mágica y divina 
Vierte en mi alma célico consuelo; 

Tú, cuya pura y sin igual sonrisa 
Pendiente de unos lábios de corales 
Es mas suave que la fresca brisa 
Que agita los jazmines y rosales; 

Acepta la sencilla y pobre ofrenda 
Que yo te ofrezco carifloso y tierno; 
Acéptala, mi amor, como una prenda 
De mi lealtad y mi carifio eterno. 


UonteTÍdeo, Agosto 27 de 1856. 


t 


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A •yp&^niniié' 


Jóven, bella, rodeada de ilusiones, 

Empiezas la carrera de la vida, 

E ignoras las terribles emociones ; 

De que se v6 nuestra alma combatida. 

* ' ^ 

No hay para tí ni espinas ni dolores. 

Que en el mar de la vida tu barquilla 
Navega solo entre vistosas flores, 

Que descubres, hermosa, en cada orilla. 

Pero acaso no sabes que del mundo 
Cuanto mas se navega en la corriente, 

Se entra á un mar borrascoso y tan profundo 
Dó ni el perfume de una flor se siente. 

Se entra en el crudo mar de las pasiones 
Que ofrece tanto escollo al navegante; 

Cuyo cielo de oscuros nubarrones 
Anuncia la tormenta á cada instante! ' 

Que ella nunca te alcance; que tu cielo 
No llegue á oscurecerlo ni una nube, 

Y que Dios te conceda en este suelo 
La dicha y la belleza de un querube. 


KoTÍembre 28 de 1852. . 


/ 


108 — 


A 


Ir'a amistad mas estrecha nos ha unido 
*H jamás nos podremos olvidar; ^ 

^nnca tuve un amigo mas querido, 

Chl solo él la existencia me hace amari 

Oh! cuánto tiempo he buscado 
Un amigo firme y leal, 

Y recien hoy lo he encontrado 
£n tí, mi Lino adorado, 

Y en tú amistad sin igual. 

Ah! Lino, cuánto te adoro, 

Sin tí no hay felicidad; 

Yo de los cielos no imploro 
Mas porvenir, mas tesoro. 

Que tu constante amistad. 

Mientras me encuentro á tu lado, 
Mientras reclino mi sien 
£n tu seno idolatrado, 

Yo olvido, amigo adorado. 

Que haya en el mundo otro bien. 

Cuando tu mano querida 
Llega la mia á estrechar, 
iNingun pesar me intimida, 

Y yo bendigo mi vida. 

Pues sé que tú me has de amar* 

Que yo no tengo en el suelo 
Mas ardorosa pasión; 

Porque eres tú mi consuelo 
Mi paraíso y mi cielo, 

Mi porvenir, mi ilusión* 

Agosto tO de 1840. 


— 109 — 




Una página en tu albam hechicero 
Haa reservado, Elena, para mí; 

Yo en ella dejaré leal y sincero 
ün ardiente recuerdo para tí. 

Cuando vuelvas á ver tú patria hermosa, 
Cuando encuentres delicias por doquier, 
Y tu existencia, pura y venturosa, 
Rodeada de ilusiones veas correr. 

Si te queda un recuerdo todavía 
De tu amigo, que siempre te fué fiel. 

Abre entonces esta hoja, amiga mia, 
Donde hallarás escrito el nombre de él. 

Y puede ser que en ese instante 
Mi entusiasta fantasía 

Me conceda, amiga mia. 

Una dulce inspiración. 

Y que en el mismo momento 
Que mi nombre hayas leido. 

El tuyo, siempre querido. 

Repita con emoción. 

Todo es fugaz en la vida. 

Todo pasa brevemente, 

Y el recuerdo solamente 
Nos queda de lo que fué. 

Y nuestra amistad, Elena, 

Se concluirá en un instante? 

No, porque es fírme y constante 

Y durará : tengo íé. 


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— lio — 


Cuando á tu lado no encuentres 
Sino placer y contento, 

Siquiera algún pensamiento 
Conságrame para mí. 

Que en mis mas dulce ensueños, 
Y en mis mayores venturas, 

Mis ilusiones mas puras 
Siempre serán para ti. 


KODteTideo, Agosto 13 de 1849. 


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— 111 — 


« « « 




N SU DIA 


Yo os vengo á presentar en este dia 
Una ofrenda sincera de amistad, 
Deseando lo paséis con alegría 

Y que gocéis sin par felicidad. 

Qne lleno de placeres, y en el seno 
De cuantos ame vuestro corazón 
Veáis deslizar vuestro existir sereno, 
Exento de pesares y aflicción. 

Es este eljvoto pobre pero ardiente 
Qne en este dia vengo yo á ofrecer; 
Aceptad esta ofrenda de mi mente 

Y el voto que sincero os vengo á traer. 


Agosto 29 de 1849. 


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i 


— 112 — 

A $ 4 » 


Angel de amor, espirita divino, 
Delicia de las almas, inefable, 

Talismán que encadena mi destino, 
Muger, sí, eres muger, inimitable. 

Fuego del cielo, que mi mente inspira; 
Astro de luz, que mi existencia anima; 
Sueño de amor, con que mi amor delira; 
Rayo de fé que mi virtud reanima. 


Sí, que cantando, consumada artista, 

Tú las almas refundes, santificas. 

Sin que una sola á tu poder resista 
Que basta aquellas, ya inertes, vivificas. 


Que tú eres para mi mente 
Como la lluvia á las flores, 
Cual bálsamo á los dolores 
Que cercan el corazón. 


Tú eres, cantora eminente. 
Mi pensamiento contino, 

Y es tu cantar peregrino 
El sentir que no defino, 

Mi dulcísima pasión. 


I 


% 


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\ 

Porque il^fln la rida es sueño 
Y loa sueños, sueños son. 

CALDKHOlf. 


TJn sneílo fué, bellísimo, encantado, 
Qoe la dicha de mi alma reasumía; 
Bosquejo fiel de uu porvenir dorado 
Que anhelára mi ardiente fantasía. 


Mas desperté, y temí que disipára 
La realidad esa ilusión preciosa- 
Y la verdad, aot* la cual tembl’ára, 
Bealizó esa quimera deliciosa. 

¿Pero es cierto, 6 vo sneílo todavía?.. 
Me ciega acaso uoa ilusión mentida?, 
Si fuera así, mi Di» s, el alma mia 
Solo anhela Bofiar toda la vida! 



— 114 — 





AlíCION 


Luz peregrina que al ciclo guía, 
Angel terreno que ardieúte adoro, 
Keina hechicera del alma mía, 
Astro que alumbra mi porvenir. 

Sin tu cari&o que es mi delicia, 

Sin tu presencia que es mi ventura. 
Sin una sola de tus caricias, 

Yo maldijera de mi existir^ 


Porque tú eres 
Mujer bella, 

Como estre’Ia, 

Que en el mar, 

Dá consuelo 
Al navegante. 

Ya distante 
Del hogar* 

f 

Solo al mirarte, virgen preciosa, 
Llénase el alma de amor 7 dicha; 
Que eres mas bella, mas candorosa 
Que los ensueños del corazón. 

Tú de ilusiones llenas mi vida, 
Por tí yo anhelo lauros y gloria; 
Pues bien mereces, mujer querida,' 
Una corona por oblación. 


• Pero solo/ 

A ta hermosur8| 
Mi ternura, 
Puedo dar; 

Y los cantos 
Be mi lira, 

Que tu inspiras 
Sin cesar. 


Vano'14 de 1854. 


— 116 


A « • « • 


I 

Lejos de tí, qne el corazón adora, 

]Ah! no encuentro ventura ni placer^ 
Recuerdo tu carifio hora tras hora, 

Angel querido, sin poderte ver. 

Lejos de tí no existe para el alma, 

Sino solo pesares é inquietud; 

Ko hay en mi mente, ni ilusión ni calma; 
Solo hay éoos de llanto «n mi laúd. ' 

Lejos de tí, la vida es un tormento, 

£1 mundo, un grande y lúgubre panteón, 
Porque tú eres mi amor, mi pensamiento, 
Mi esperanza, mi gloria y mi ilusión. 

Porqué te has ido! piensas que un instante 
Puede vivir mi corazón sin tí? 

Sin oir tu voz, sin ver ese semblante, 
¿Piensas que habrá ventura para mi? 

No, por piedadi que te amo con deliriol 
Noí que eres tú ■ mitaiFde mí mristir! 

Sin verte, la existencia es un martirio; 

Sin tu carifio, anhelaré morir 

II 

/ 

¿Recuerdas una noche deliciosa, 

La mas risuefia de la vida mía, 

En qne oí de tu boca carifiosa, 

Dulce espresion de ardiente simpatía? 


Digitiziid 1/ Gi'Oglc 


— 117 — 


^o.rámerd&s qué mi alma oonmqvidi^ 
Te proibetíó qd earifio hasta! la inaerte, 
T al consagrarte con ardor mi vida, 
Juré partir tn buena ó mala suerte? 


Desde entonces, mi bien, no hay en la tierra 
.(Hro afecto que ocupe mi memoria; 

Por cuanto el mundo de grandioso encierra, 
No diera ese earifio que es mi gloria. 

Desde entonces, mi bien, cuantos placeres, 
En un tiempo mi mente entusiasmaban, 

Los festines, las danzas, las mujeres. 

Que ha poco mi cabeza fascinaban; 

Se borraron de mi alma, cual la huella, 

Que deja el pié al posar sobre la arena; 
Como la exhalación fulgente y bella, 

Que desparece cuando brilla apenas. 

^ Desde entonces consagro á tu ternura. 

Todo mi corazón puro y sincero, 

Desde entonces tú formas mi ventura, 

Y á ningún otro ser como á ti quiero. 

ué te has ido lejos de mi ladc^ 


No, que mi corazón bien te ha probado, 
Que sin tí, todo le es indiferente. 

Vuelve á mi lado donde yo te espero 
Para gozar, mi bien, para adorarte. 

Y si no basta lo que ya te quiero, 

Jiás te amaré, si puedo mas amarte! 



as aún de mi earifio ardiente? 


Itltero2édell54. 


V 


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— 118 


Autor de U composición 
u p. yVLoNTEYIDEo" 


PUBLICAD*. EH EL EÚM. 1® DE «EL ECO DE LA JUTBHTUl» 


Cantaste ¡oh vate! con tu lira de oro, 

El porvenir de nuestra patria bella, 

T á la verdad, tu cántico sonoro. 

Es bien digno de tí, bien digno de ella. 

Signe poeta tu misión preciosa. 

Sin que te arredre el áspero camino; 

Pulsa el laúd, y de la patria hermosa, 
Ven á cantarnos el feliz destino. 

Yo en tanto, amigo, escucharé estasiado, 
De tu cantar la grata melodía; 

Sonriendo al porvenir que has bosquejado 
Y que espero para ella en algún dia* 


Mayo 7 de 18S4. 




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119 — 




P 


ANCION 


Coro 


Reioe amigos e] contento 
Qoe se oigan cantos doquier, 
Y no baya en este momento 
Sinó Tentara y placer. 


Olvidemos 
Los pesares, 
Que á millares 
Nos vendrán. 
Y estas horas^ 
Deliciosas, ^ 
Presurosas, 
Pasarán. 


Coro. — Reine amigos etc. 


¿Qué es la vida^ 
Si en el llanto 
Y el quebranto 
Hade pasar? 
Ella es solo 
Un paraiso 
Que es preciso 
Sustentar. 


Caro.— Reine unigoi ete. 


/ 


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No olvidemos 
^ Que el contento. 
Un momento 
Barará: 

Y que al gozo 

Y la ventura, 

La amargura 
Seguirá. 

Coro, — Reine amigos etc. 

t 

Que se muestre 
£d este dia 
La alegría 
Por doquier; 

Y que no baya 
Ni un momento 
Sin contento 
Ni placer. 

Goro.'^Reine amigos etc. 



Setiembre 6 de 1849. 





-- A « ♦ .# « 

/ 

► ngel de amor, espíritu divino, 

^ ágico encanto de mi triste vida, 

M man que en este mondo peregrino. 
^ 1 amor 7 á la dicha me convida. 

iyina emanación del mismo cielo, 
tí strella que me anuncia la ventura, 
tí uz de mis ojos, língel de consuelo, 
h! no olvides mi amor 7 mi ternura. 


. • * 

Hotiembre 14 de 1851. 



; 


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— 122 — 


Hay una edad feliz en nuestra vida 
Exenta'de pesar y sinsabores, 

Que á gozar el mundo nos convida < 
bridándonos sus goces sednctores. 

¡Oh! entonces no comprende nuestra mente 
Del mundo las impúdicas pasiones; 

Se lanza el corazón, jóven y ardiente, 

En pos de sus brillantes ilusiones. 

Entonces todo es bello á nuestros ojos. 

Todo respira seduccion*y amores. 

Porque no conocemos los abrojos 
Que se ocultan detras de aquellas flores. 

Pero pasa esa edad y entonces queda 
Un recuerdo fugaz de e as delicias, 

Y con el tiempo que incesante rueda 
Perdemos nuestras dichas y caricias. 

Y feliz el que siquiera 

Su tiempo no ha malgastado, ! ■ > ' ^ 

Ni con el vicio ha estragado 
Su vida y su corazón. 

Feliz el que en nn momento 
No maldijo su creencia, 

Y espera en la providencia 
Con santa resignación. 


1 


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— 12S — 


M*' 


jpN 


SU DIA. 


Señor, al saludaros este día, ' 

Un voto solo os vengo á presentar, 

Y aunque mi ofrenda no es de gran valía^ 
Espero no la habéis de desechar. 

«Que corra vuestra existencia, 

«Llena de dicha y encanto, 

«Sin conocer el quebranto, 

«Sin conocer la aflicción. 

t 

«Y en cada instante que pase, 

«Halléis ventura y consuelo, 

«Logrando así cuanto anhelo, 

«Tenga vuestro corazón.» 

Este es el voto que yo elevo ardiente. 
Porque viváis sin pena é inquietud; 

Mirad en él, señor, únicamente. 

Un recuerdo de aprecio y gratitud. 


Monttrideo, Mano 18 de 1850. 


\ 


K 


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4i ' 

ONETO Á CUATRO MANOS 


Húndete en el abismo indigno afio. 

Para ya no asomar tu calva frente, 

Y brille de afio nuevo la esplendente 
Luz que disipe el negro desengafio. 

Muera aquí tu recuerdo cual tacaño, 
Cuya miseria horripiló á la gente; 

No vuelvas á asomar, vete, al presente^ 
Solo le dejas funerario paño. 

Baja al panteón inmenso de los siglos, 

A confundirte con los que han pasado, 
Sin dejar ni una huella de su vida; 

Y tu memoria guaiden los restigloe. 
Cese la ruta de tu paso airado, 

Termine tu existencia maldecida. 


1 


V 


— 123 — 

' ,Á,LA SBÍfORITÁ’' ‘ >• w 

CéinM» 

4 


Hay en la vida nn dulce sentí miento^ 
Que embellece su triste realidad; 

Que calma del dolor el cruel tormento, 
Y hace al hombre feliz; — es la amistad. 

Yo guardo para tí, niña preciosa. 

Esa noble’ y purísima pasión; 

Pues al vene tan beba y generosa, 
Sintió afecto por tí mi corazón. 

> 

Pido á Dios que atravieses esta vida. 
Sin conocer el llanto ni el dolor; 

Por una senda mágica y florida, 

Que te conduzca al puerto del amor. 


Diciembre 31 de 1871. 


» • 


A %Pm y 


La patria al estrangero sometida, 

Que la guardó cual mágico tesoro, 

£n vano al cielo dirijió su lloro J 
Para pedir la libertad perdida. 

Su frente que elevára antes erguida, 

Al mirar su grandeza y su decoro, 

Hoy que contempla sus cadenas de oro. 
La baja mústia, lánguida, abatida. 

Mas de sus hijos en los bravos pechos, 
Grabado existe su divino nombre, 

Y la justa razón desús derechos. 

Y en un héroe tornándose cada hombre, 
Treinta y tres Orieiitales se lanzaron. 

A la lucha, y la patria libertaron. 



— 127 


f 









Eras bella 7 empezabas 
La carrera de tu vida, 

En los goces embebida, 

Que nos dá la juventud. 

Eras bella 7 de tu patria. 
Viniste á la patria mia, 

Do una suerte cruel ó impía 
Te guardaba un ataúd. 


Y en la aurora de tus a&os 
La existencia abandonaste, 

Y cual lirio te doblaste, 
Que sacude el huracán. 


Mas dejaste acá en la tierra 
Tu familia 7 tus amigos, 
Que de tu virtud testigos. 
Tu pérdida llorarán. 



* 


X 




l 


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128 




£1 poeta nace á la vida, vegeta j muere como la flor 
on medio del desierto que solitaria crece* y sé doblega mar- 
chita por los rayos de un sol abrasador. ; ^ 

II 

Si alguna vez un caminante cruza descarriado el de- 
sierto y pasa Dzaudo lajflor, se compadece de ella, la'recoge, 
le dá sombra y la coloca en agua para hacer mas duradera 
su existencia.. • 

III 

Otras veces pasa cerca de ella y apenas se digna darle 
una mirada: el cruel oamínante sigue su marcha, la pobre 
flor sigue su destino. 

IV 

Yo, amigos queridos, soy como la flor solitaria del de- 
sierto; no sé si el caminante la guardará en su seno ó si la 
dejará abandonada á su propia suerte. 

V- ■ • 

Amo, como ama el poeta á los veinte afios;, con ese 
amor lleno dedeliri-* y de pureza, con el amor de los án- 
geles; y la muger que adoro es tan hermosa y tan pura co- 
mo mi amor. íSeré acaso comprendido? (1) 

•VI 

Si así no fuese, si la vida del poeta está condenada 
á vegetar solitaria como la de la flor del desierto, cuando 
se doblegue bajo el ardor de las pasiones, ó al contacto he- 
lado de una fría realidad, vos, Emilia, que sois la verdade- 
ra amiga del poeta, llorad su suerte 

(1) Poeta: tó eres cruel é injusto, pues dudar de Ja que tú mismo 
llamas pun y hermosa, es durtar de que existes. C ninta no seria su 
con;rnja, si tal rez una palabra ó una iégrima desprendida de tus ojos, 
le revelase ese secreto de tú aimal 


— 129 — 


I 


Ét rbomme, l’homme aeni, i) Hbíim& foÜt 
Au fond de son tombeau eroit tronm la tí*. 

UiuKTin. 

/ 

Plago al Señor en su alta Omnipotenda, 

Formar el sol, la tierra, el mar y el cielo; 

Y á todo cuanto existe dió existencia, 

Con espresar su divinal anhelo. , 

PJj®. entonces á los séres: aximaos, 

Y al éco de su voz todos vivieron; 

A los astros les dijo: iluminaos, 

Y con brillante luz resplandecieron. 

Dpgde entonces el campo brotó flores, 

Y las flores perfumes exhalaron; 

La selva se pobló da ruiseñores. 

Que en los bellos arbustos anidaron. 

La fiera que en el bosque nace altiva, 

El pez que cruza el fondo de los mares. 

El reptil que entre céspedes se esquiva, 

La tórtola de lúgubres cantares; 

La aurora con sus mágicos celajes, 

La noche con su manto de tinieblas, 

Las nubes que se agrupan en paisajes, 

Las lluvias, loe torrentes y las nieblas; 

El arroyuelo y su fugaz murmullo. 

La cascada baílente y saltadora; 

La brisa que remeda un blando arrullo, 

La tempestad horrible y destructora; 


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— 130 — 

Todo brotó á la voz omnipotentei 
Del Dios habitador de las alturas, 

Cuando, eu lo 3 altos juioios de su mente, 
,Vida y ser concedió á las criaturas. 

Pero por mas que la Creación asombre, 

No le bastó al Sefio)' su obra grandiosa; 

Quiso á su imágen que naciera el hombre, 

Y dióle un alma grande como hermosa. 

De dotó de razón é inteligencia. 

De creador y atrevido pensamiento; 

T le dió una misión en su existencia. 

De qne debe dar cuentas un momento. 

Misión sublime, digna, esclarecida. 

Que lo eleva en la turba de los seres; 

Misión de sacrificio en esta vida. 

Para en otra esperar gloria y placeres. 

Ik>s qne vivís felices en el mundo, 

T la dicha cifráis en vanos goces; 

T os parecen los años un segundo, 

Que ante el placer trascúrrense veloces; 

Los que del vicio emponzoñada el alma, ' 
Blasfemáis del honor y la pureza; 

Y aunque ostentáis una ficticia calma. 

No 08 atrevéis á erguir vuestra cabeza; 

Los disolutos que en sus pechos arde, 

De torpes vicios la pasión impura; 

Los que de ateos, por hacer alarde. 

Nada esperáis tras de la tumba oscura; 

Todos, todos en fin, loe que han vivido, 
Degradando del alma la grandeza; 

Ni su misión sublime han comprendido, 

Ni QX7X LA YJJ>X EN JEL S£Pt7LCBO EJiCtlWÁf 


\ 


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El hombre nació al mnndo, inteligente, 
Para emplear en el bien so inteligencia; 
Para legar á la futora gente 
Un recuerdo inmortal de su existenois, 

£1 qae sa vida perenal no sella, 

Ck>n actos qne ennobie»an su memoria, 

£1 que no deja tras de si nna huella, 

De valor, de virtud, talento 6 gloria; 

Desaparece de la humana vida. 

Como la hoja que arrastra la cascada; 

T BU losa entre tantas confundida, 

Del viagero no alcanza una mirada. 

Virtud, valor, talento! qne de un nombre 
Hacéis un tinibre de etemal' ejemplo; 
Vosotros eleváis triun&nte al hombre, 

De la Inmortalidad al sacro Templo! 

Bendito del qne al polvo ha descendido. 
Con alma grande, exenta de vileza; 

Bendito del qne á tiempo ha comprendido, 
Que la existencia en el sepulcro empien. 


laio t de IIM. 


— 132 




Si este paro no se entierra 
Se lo tí i comer la perra. 

Ciaaaoa. 

Annqne dirijea hácia aquí tn rabo, 
Poniéndolo directo hácia mi frente, 

Yo te quiero ensalzar, invicto pavo, 
Consagrándote el canto mas ardiente. 

Qniero ensalzar los espantosos gritos, 
Qne desde el patio nos solias lanzar. 
Coando oíamos todos qnietecitos 
La lección que empezaban á esplicar. 

Quiera Dioe no perturben mi memoria 
Otra vez «os gritos sempiternos, 

T mientras cuento tu funesta historia 
Puedas irte á gritar á loa infiernos. 


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— 18S — 





HERMANO 


Lejos de tí, mi amigo idolatrado, 

La vida es para mí triste y sin goces, 

Y ya no encuentro el tiempo afortunado 
Que las horas pasaban tan veloces. 

Antes mi corazón, siempre dichoso, 

No temía el pesar ni la amargura, 

Y mi existir pasaba venturoso, 

Sin buscar mas placer que tu ternura. 

El mundo, con sus ricas ilusiones. 

Encantaba mi jóven fantasía; 

La vida con sus mágicas visiones 
Me alucinaba y sin pesar vivía. 

Todo pasó! mi Lino, en un momento 
Todo despareció con tu partida; 

Ilusiones, placeres y contento. 

No tienen en mi pecho ya cabida. 

Vuelve, vuelve, mi amigo, y tu prasenoin 
Hará nacer en mi a ma la alegría, 

Y volveré á gozar en mi existencia 
De las delicias que gocé en un dia. 

Mi amigo mas constante fuiste, Lino, 

Es justo que también lo sea contigo, 

Y cualquiera que sea nuestro destino 
Lo llevaré gustoso con mí amigo. 

.V . 

XoateTÍdeo, Enero 8 delS&O. , . . ■ - ■ i 

t 



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— 134 — 


A mi 

L 1 5 DE ^GOSTO 


¿Te acuerdas, td, mi hermano, de aquel dia, 
Que nos juramos un cariflo eterno? 
¿Recuerdas nuestra dicha y alegría, 

Nuestro afecto tan puro como tierno? 

¡Oh! cuén felices éramos, mi Lino, 
Amándonos así, con tal ternura; 

Yo bendecía entonces mi destino, 

Entregado á mi mágica ventura. 

Porque un amigo es una prenda hermosa 
Que Dios concede al hombre en su clemencia; 
Una dádiva bella y deliciosa. 

Un talismán que endulza la existencia. 

{Cnánto te amé, mi Lino idolatrado! 

No preciso decírtelo, mi amigo. 

Tú sabes que otro encanto no he encontrado 
Que pasar mi existir siempre contigo. 

Te amé con cuanto amor me diera el cielo, 
Con la pasión mas fuerte, con delirio. 

Que tu eras mi esperanza y mi consuelo, 

Y la vida sin tí me era un martirio. 

Becnerdas tú las noches celestiales 
Qne reunidos los dos hemos pasado, 

Y sin temer del mundo cruel los males, 

Solo á nuestro cariflo consagrados? 

¿Recuerdas tú nuestros paseos bellos, , . 
Cuando íbamos con otros á la Aguada, 

Y úilándonos los dos de todos ellos 
Veíamos nuestra dicha consumada? 

t 


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— 135 — 


¿Itecnerdas tú que 8i pasaba un día 
Sin estar como siempre reunidos, 

Cada uno de nosotros se escribía, 
Sintiendo esos instantes ¡aj! perdidos? 

Y un afio, hermano mío, solamente, 

Ha pasado de dicha tan preciosa; 

Y aun yo te quiero con cari fio ardiente, 

Y tu amistad me es grata y deliciosa. 

¿Mas tú me amas como antes, caro amigo? 
¿Eres siempre mi hermano fiel, sincero? 
¿Eres lo que yo soy para contigo? 

¿Me quieres tanto como yo te quiero? 

¿Quién sabe si en un afio se ha borrado 
De tu pecho mi nombre, antes querido? 
Mas ya me ames 6 nó, Lino adorado. 

No temas por mi parte nunca olvido. 



1 


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— 136 — 


Hay entre todas las flores 
Una que acaso no brilla, 
Modesta, pura y sencilla, 
'Hmblema de suavidad. 

Que por su forma hechicera, 

Y su fragancia eequisita. 
Siempre es la flor favorita. 
Que busca toda beldad. 

La cultivan con esmero 
En su casa las hermosas; 

Yo la prefiero á las rosas, 
Violetas y al tulipán. 

No hay un perfume mas suave 
Que el que su cáliz rebosa. 
Pues es sin par deliciosa 
La aroma del resedan. 

Una vez una belleza 
Me regaló cari llosa. 

Esa florcita graciosa 
Que tiene tan bello olor. 

Y desde entonces cultivo 
Un resedan, cuidadoso. 

Pues me recuerda afanoso 
A ese ángel encanUidor. 


Suero 23 de 1849. 


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— 13T 


SU ÁLBUM 


Ya que quieres que en tu álbum hechicero^ 
Algunas líneas venga jo á trazar, 

Acepta, pues, el voto que sincero 
Te quiero encesta página dejar. 

Que corra, hermosa, tu vida 
Por una senda de flores, 

Szenta de sinsabores. 

De penas j de aflicción. 

Y que goces tu fortuna 
Sin lamentar su mudanza. 

Logrando cuanta esperanza 
Conciba tu corazón. 

Y entonces, cuando te halles en la existencia bella’ 
Que ardiente pido al cielo, hermosa, para tf, 

TJn pensamiento, un voto, 6 alguna ilusión de ella, 
¿Te acordarás, Elvira, de reservarme á mi? 


Ostnbrt 2a de 1849. 


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— 138 — 




Ya que quieres un recuerdo 
Para tu álbum becbicero, 
Acepta este, que sincero, 

Te voj, hermosa, á dejar. 

Como ofrenda de poeta 
Ella es pobre y sin valía 
¿Qué quieres, amiga mia? 

Nada mas te puedo dar. 

Mas que importa? tú eres bella, 
Y como tal generosa. 

Así, espero que bondosa 
Aceptes mi pobre don. 

Que sí no es como mereces. 

Ni tampoco cual yo quiero, 

Es á lo menos sincero. 

Pues nace del corazón. 


KoatOTÍdeo, Jallo 12 de 1856. 


I 


— 139 — 


Cómo es posible, artista encantadora, 

Que te mire alejar de nuestro lado. 

Sin que ardiente recuerde hora por hora. 
Los instantes de dicha que he gozado? 

Ah! yo he escuchado tu sublime canto, 
Entre ensueños felices adormi lo; 

Tus notas llenas de pasión y encanto, 

Qne mi alma de poeta ha comprendido. 

Tú me has hecho gozar de esos momentos 
Que la palabra á definir no alcanza, 

Al espresar con mágicos acentos. 

Ya el ódio, ya el amor 6 la esperanza. 

Tú me has hecho soñar c('n una vida. 

De misteriof^, de ensueños y armonías; 

Do ha vagado mi mente enardecida. 

En pos de tus celestes melodías. 

Tú me has hecho sentir mil emociones. 
Que nunca el corazón antes sintiera; 

Mi cabeza has llenado de ilusiones. 

Me has hecho hallar la vida placentera. 

¿Y es posible que partas, Edelvira, 

Y me conforme á no escuchar tu acento, 
Mas bello que los sones de la lira. 

Mas dulce que el mas dulce sentimiento? 

Ah! si, tú partes, pero en mi alma ardiente, 
Vivirá de tu canto la memoria; 

Y en tanto al cielo pediré ferviente, 

Colme tu vida artística de gloria. 

Monterideo, Setiembre de 1852. 


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140 — 




f 


N SU DIA 


Acepta, Emilia, este recuerdo ardiente. 
Que en tu dia te vengo yo á ofrecer; 

El es pobre y sencillo ciertamente. 

No como tu lo puedes merecer. 

Ojalá Emilia, te conceda el cielo, 

Que en tu existencia ignores la aflicción, 
Que halles do quiera dichas y consuelo, 
Esperanza, placeres 6 ilusión. 

Y cuando estés de tu familia al lado. 

Tu alma inocente libre de pesar. 

Cuando vivas alegre y sin cuidado, 

¿Que aun te acuerdes de mí podrá esperar? 


Mayo 4 de 1869. 



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— 141 — 




Cuando en la noche serena, 
De la luna á la luz pura, 

Yo comtemplo la hermosura. 
De tu rostro angelical. 

Me pareces un querube. 

Que ha descendido del cielo. 
Para llenar en el suelo. 

Una misión divinal. 

Ent )Dces, cuáutos recuerdos. 
Se agolpan á la memoria. 
Cuánta esperanza ilusoria. 
Llega el alma á concebir! 

Todo es amor y delirio. 

Todo esperanzas queridas. 
Que acaso desvanecidas, 

V eré con el porvenir. 

Y tú quizá indiferente. 
Aspiras la suave brisa. 

Sin tener una sonrisa, 

Eli un suspiro para mí. 

Mientras que 70 si respiro, 
Si me es amable la vida, 

Si la hallo dulce 7 florida. 
Es solo, mi amor, por ti. 

lIoBterideo, Abril 2 de 1850. 


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H* 


— 142 — 


A ♦ At 40 

En su DIA 


II I DESEO 


Y« quisiera, señora, en este <iia. 

Una ofrenda poderos presentar; ^ 

Bien pobre y sin valor es esta mia. 

Podré creer que la habéis de desechar? 

Ojalá se'dedlice bella vuestra vida. 

Exenta de amargura y de p^r, 

Por una senda mágica y florida, 

Uo licuéis los pesares á ignorar. 

Que os brinde una ilusión hermosa y pura, 
Cada hora que avancéis en el vivir, 

Y rebozando dichas y ventura, ^ 

No tengáis qne temer al porvenir. 


Junio 13 de 1849. 


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Tras de la fresca y deliciosa aurora 
£!spl6ndido y brillante nace el sol, 

Y el horizonte bello se colora 
Con celages de nácar y arrebol. 

Embalsama de aromas el ambiente 
Con su perfume la fragante flor; 

El arroyo susurra dulcemente, 

Todo es bello y grandioso en derredor. 

El Plata, en su corriénte cristalina, 

ÜT que se estiende hasta el húmedo arenal 
A la ciudad refleja peregrina 
En sus ondas tranquilas de cristal. 

'Todo anuncia la calma y la alegría. 
Todo, hermosa, te viene á celebrar, 

¿Y qué otra ofrenda de mayor valia 
Al lado de esa te podré yo dar? 


KoBteTideo, Enero 5 de 18CU. 



— 144 — 




Si en medio del aplauso de un pueblo entusiasmado. 

La voz débil del vate aun puede resonar, 

Yo pulsaré mi lira, y aunque parezca osado 
Vuestro mérito inmenso procuraré ensalzar. 

Pero al cantar del génio el mérito y grandeza, 

No bay duda que es preciso un génio también ser; 

Y yo en mis pobres versos no tengo ni belleza, 

Ni pensamientos grandes tampoco que ofrecer. 

Precisára una chispa de la alta poesía 
Le fiyron, de Zorrilla, de Pope 6 Lamartin, 

O acaso la sublime y dulce melodía 

Le Víctor Hugo, Arólas, ó de Espronceda, en fin. 

Mas ya que no me es dado llegar á tanta altura, 

¿Ni aun un débil canto por eso ensayaré? 

¿Me faltará una ofrenda, sincera como pura? 

¿ü^i un voto ardiente al cielo siquiera elevaré? 

N61 que la voz de un pueblo que os mira entusiasmado^ 
Me impele á que yo pulse las cuerdas del laúd, 

Y ya no puedo menos, al veros, estasiado, 

Que repetir con todos: génio inmortal, salud! 

jSalud, hombre admirable! mi patria idolatrada 
Siembre un recuerdo hermoso conservará de vos; ^ 
Gloria, aplauso, os desea, y dicha prolongada, 

En el momento mismo que le decis ¡adiosi 


Xonterideo, febrero 3 de 1830. 


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.A 


Acepta, Carolina encantadora, 

Esta oñ'euda sencilla de mi amor; 

Y que ella te recuerde á toda hora, 

Q,ue te amo oon delirio y con ardor. 

Tú eres el ángel que yo adoro ardiente,' 
Mi mas preciosa y célica ilusión; 

Y tú, hermosa, eres dueña únicamente 
De mi fírme y sincero corazón. 

Ah! si tú aceptas la pasión tan pura,. 
Que yo te ofrezco, bella, con lealtad. 

Si poseo tu amor y tu hermosura. 

No anhelaré mayor felicidad. 

Pues á tu lado, hermosa, yo contento, 
Esperaré un brillante porvenir; 

, Y de pesares, con tu amor, exento. 

Te amaré con delirio hasta morir. 


— 146 — 




I^ANTASÍA 


Yo Bo sé si es mala ó buena, 
Pero sé que cada cual 
La halla de delicias llena, 

O rebosando de pena. 

Según le vá — bien 6 mal. 

Pues mientras algunos lloran. 
Otros ríen sin cesar; 

Y lo que unos enamoran, 

O entusiasmados adoran 
^ otros vemos desdeñar. 

Así juzgo que esta vida, 
Encerrando el bien y el mal. 
Es amarga y maldecida, 

O es deliciosa y florida. 

Según le vá á cada cual. 


Moatevideo, Bayo 30 de 1849. 


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147 — 


A SUii 

pN RECUERDO 


Esa aurora que nace en el Oriente, 

Por un cielo tan puro y seductor; 

Ese sol magestuoso y refulgente, 

Que pródigo nos dá luz y calor. 

Esos j ardines frescos y floridos 
Que do quiera miramos descollar; 

Esos árboles altos, que mecidos 
• Por el viento, sentimos murmurar. 

Esa mar, otras veces borrascosa, 

Que hoy apenas la vemos agitar; 

Esa brisa que suave y deliciosa 
Nos viene delicada á refrescar. 

Ese dulce perfume y puro ambiente 
Que exhala de su cáliz cada flor; 

Ese canto de un pájaro inocente, 

Y cuanto bello alcanzo en rededor. 

No es tan grato y tan dulce para mi alma 
Como el recuerdo bello de mi amor; 

Ni vierte en mí tan deliciosa calma. 

Como el sombre de mi ángel seductor. 


Febrero de 1849.' 


— 148 




Te amo, mi bien, te adoro con locura. 

Con un amor inmenso, irresistible, 

Yá esa pasión, tu célica hermosura. 

Le dá vigor y la hace inestinguible. 

Te amo, mi bien, con un cariño ardiente. 

Con cuanto amor puede caber en mi alma; 

Que no concibe raí exaltada mente, * ' 

Fuera de tí, felicidad ni calma. 

Te amo, mi bien, que tú eres de mi vida 
El astro hermoso, la brillante estrella, 

Que alegra mi alma, en esta edad florida, 

Te amo, mi bien, porque eres pura y bella. 

Te amo, en fin, porqu > me amas, ángel mió. 

Con tanto amor corno en mi pecho siento; 

Tuyo es mi corazón y mi albedrío, 

Tuya es mi alma y tuyo el pensamiento. 


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DONDE LAS DAN LAS TOIAN 


PEOVEBBIO EN UN ACTO 


FEBSONAJIS 


Carlos 29 aflo* 

Alejandro 82 “ 

Da. Rita, tía de Adela 48 " 

Adela 22 « 

Don. Sisebnto, corto de vista 64 ** 

ÍSbírcio } 

• t \ 


Este proverbio ha sido representado con gM«i«l 
aplauso en el Teatro de Solis la noche del 6 de Oe- 
tubre de 1860 y en el de San Felipe y Santiago la 
del Martes 9 del mismo. 

9 


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ACTO cmco 


. ! . ' T"" 

lACMeai púa en Xonterideo, htbitteion de B. CurIoi.üDM'pnerta 
en el iondo que di i te ciñiera; otra lateral qne aondiMe al ii- 
terior. 

■ ' ESCENA I , 

* ' •. *. X 

CABLOS Y ÁLBJANDBO ^ - 

AlUAKDBO».. ¿ Con que estás enamorado; 

7 enamorado de veras ? 
vive Dios ^ue en calaverae 
^ es nn caso musitado I ■ 

CXBL06.ia»»i« A-yi Alejandro, por mas 

que pintes tanto estoicismo, 

¿ quién te dice que tú mismo, 
de esta agua no beberás ? 

Yo bien quisiera olvidarla; , 

pero por mas que 1 q pienso, 

^lo ese amor tan inmeoso, \ 

2 ue no acierto sino á amarla ! 

¡emprendo que en la carrera, 
de tu vida borrasoosa, 
bailas pasión tan hermosa, 
indigna de un calavera. 

Para ti son las mujeres, 
abundante mercancía, 
qne se compra cada día, . 
rara avivar los placeres. 

»Por que túinunca has tenido 

^ este amor dentro del alma; 

T. amor qne absorve la calma; 

amor que embarga el sentido. 

' í ;-' ^ Amor inmenso, profundo, , 

tan puro como mi anhelo; 
amor que es digno del cielo, 
amor que no entiende el mundo. 


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AjiSJAin>so.M 


Oíslos 

Alsjaio>bo ••• 


Cáblob, 


— 162 — 

Bisvo,' Oírlos, esa arenga 

es digna de Chateaubriand I . ^ 

de esa Eva eres Adan; 

que la serfñente no venga ; ^ 

7. apareaos una mafiana, .1 ■> ^ r.j 

en tu aéreo paraiso, .u. ^ 

la seduzca 7.40 improviso 
te arrebate la manzana. 

¿ Qué quieres decir con eso 7 
076, Oírlos, á uu amigo; 
el Cielo mismo es testigo, 

4obamor que te profeso* ' ti.iA 

Tu imi^ínacion ardiente ' 
de jóvvn 7 de poeta, • ' ‘ ^ 
las pasiones interpreta 
cual los suefioB de su mente* 

Déjate de esa ilusión, 
comprende Jo que es la vida; 
no abras, Cárlos, una herida, 
en tn propio corazón. 

¿ No me ves á mi altanero, 
cómo en medio de la oraia, 
radiante con mi alaria, 
me burlo del mundo entero 7 
¿Y no ves con cuánto ardor, 
al contemplar mi desvio, 
mil bellas en torno mió, 
vienen á brindarme amor? 

¿ Y á ese vago sentimiento, 
quieres posponer tn calma, 

7 sacrificar el alma, 
por el goce de un momento 7 
¿ De un momento ? no, mentirS| 
no es efimero mi afán: ' 

¿ comparas tú este volcan, '• 
con el fuego de una pira 7 > 

Tú igüalas con el amor ' 
de una virgen inocente, ' 
esa ' pasión febriciente, - - ^ 
que nos quema con su ardor* 


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r 


—. 16 S 


r 


ATiWAITPBOm» Tal es, Cárlos, mi peñsar|. 

y acepto todos sus maleS| 
las mujeres son iguales, - 
en esa escuela de amar. . 

Ellas finjen las pasiones, 
con un afecto sincero, • 

L al 6n querido, es primero, ' 

paa de los corazones. 

* Si meditas un instante, 

Cárlos, lo que antee he dicho, 

, verás que solo un capricho, 
es tu sueño delirante. 

CabLOB Capricho dices ? quizás 

tú no alcanzas qne este amor, 
es aroma de una flor 
jue no se estingue jamás. 

fiebre que me desvela, '' 

. el ardor qne eterno siento, 
son hijos del sentimiento, . , 

t^e solo me inspira Adela. 

, Veo, Carlos, que tu mente 
, se pierde en un devaneo; 
modera, amigo, el deseo 
de qne eres presa inocente; 
y vendrás á convenir, 
que el amor solo es quimera; 

V una luz que reverbera, 

' y que un soplo hace morir. 

ÍPiensa bien en lo que digo, 
olvida pasión tán vana; 
cuando te encuentre mañana 
harás justicia á tu amigo., (golpeándote 
hombro con malicia. Vate) 

ESCENA II . 

* I 

CARLOS, solo. 

¿Será posible. Dios santo, 

^6 el aniox que en mi almasientcv 


Azjbjakdbo 


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I 


se convierta en un tohnenta, * ' ' ' 

en fuente eterna de llanto ? ** 

¿ Será mentido el candor ? 

¿ Será engaño la pureza ? 

/ ¿ Será mengua la firmeza ? ^ 

¿ Será crimen el amor ? 

Noj que mi alma fascinadá 
89 muestra en vano indecisa; 
que hallo un cíelo en su sonrisa ! 
•suelo un mundo en su mirada I 
Loco de mi ! \ cuánto ensueño 
mi cabeza ardiente llena ! 

¿ Si iré á escribir en la aíena 

un porvenir-tan risueño ? * ■ 

¿ No ha dicho Alejandro mispio 
que el amor era mentira ? i, 

¿ mi mente acaso delira ? ^ 

• ¿ iré á lanzarme á un abismo? 

¡ Cielo, mi cabeza' ayuda I 
£n mi mismo ardor me quemo; 

me arriesgo, vacilo, temo ' '' 

I líbrame, oh Dios I de la duda. 

ESCENA m 

» *• 

i 

. EL MISMO Y DON SISEBÜTO, SIN VER X GARLO# 

• . ’ ' ' 

SisEBXrro....... A puerto mi nave arriba, 

y la averia me enseña, 

. . . ' ^ «Qué el que sube muy arriba, 

^ "de ia cumbre se despeña.» 

Por poco nae he, dislocado 
' un tobillo én la escalera, 

«No siempre el que, es mas osado, 
Logra el higo 'de la higuera.» 

Don Carlos.. . ^ 

Oajrlos>»».'Í*;.. ' 1' ' i c ¿Quién me iui llamado. 


166 í — 


SiBSBTm).. 

✓ 

.... Qnién?Yd so7. DonSisebato, 
vuestro amigo apasionado, 
que se presenta ex-abrvto. > 

CABiioe 

.... (JBien puede tener rasou, 

en lo del bruto) no hay duda, ' • ' 

que una antigua relación, 

^ de la etiqueta os escuda. 

SnEBTm)... 

... Os encuentro tristeá fí, 
y no deveraa me aflige; “• ■ ' 
lo que vos sufrís no sé, ■ ’ ' 
mas la pena se colige. • ' 

Talvez la mnjer querida, 
á vuestro amor no se avenga, 
pero, amigo, en esta vida, 
no hay mal que por "hieín, no venga, 

A propósito de amores; 

esta noche dofia Rita, 

(cardo seco entre las flores,). 

dá un baile y á él os invita. 

Ya conocéis la señora; - 
amiga de los placeres, 
siempre en su casa atesora, 

las mas hermosas mujeres. ' 

Porque en sus locos afanes, . - 1 

la muy vieja se flgura, 

que uno entre tantos galanes, 

1 admire su ex-hermosura. 

Caslos.... 

.... Vos sabéis amigo mió, 
cómo vivo retirado; 
y no toméis á desvio, ^ 

‘si el convite no he aceptado, ' 

BlSEBUTO.'.. 

Cablos.... 

... Qué; no amais la sociedad ? ■ 

.... Contra ella no tengo encono; ' '- ’l 

pero no anhelo, en verdad, 
esas fiestas de gran tuno. 

Bien sé que el mundo interpreta 
mi pensar por csqnivéz; 

¿ qué quieres ? yo soy poeta 
y entiendo todo al revez. 1 


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I 


~ IMl— 

A lo menoe según dice 

el mundo que ríe y gon; 

que en su placer se maldice, 

y en su dolor se alboroza. ; 

BiskbüTo Vuestra pena es muy intensa, 

y estáis, amigo, con fiebre, 
mas ved: «dó menos se piensa, 
don Cár los, salta la liebre.» 

Mas, por Dios, quien no repara, 
que vos adoráis á Adela, 
cy que el diablo (cosa es clara) 
por una endija se cuela » 

Teneis temor á su tia ? 
aqui estoy yo, Sisebuto, \ 
alhagando so manía, 
será nuestra en un minuto. 

Cablos ¿ Pensáislo asi, amigo mió? 


¿será tanta mi fortuna? 

Sisebuto « Os treparéis, os lo fio, \ 

á los cuernos dt la luna, » 
conque, Don Carlos, vendréis ? 
otorgadme lo que os pido. 

Cablos.... No sé qué hacer 

SiSEBim) • Ya sabéis 


( que ausencias cansan olvido. » 
Pues la conciencia os arguye, 
que de vuestro amor se albaga, 
venid; si es fiilsa, concluye; 

< que amor con amor se paga . » 


En fin, adiós, y hasta In^o. 

Cablos Iré á verla por mi dafio. 

Sisebuto Que no me faltéis, os ru^. (Póm) , 

CjlBLOS. Veré al fin mi desengafio ! 

ESCENA IV. 


Oabloci, solo. 

I Irá, si I ¿ por qué rsoelo ? " 


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> 


i 


— 157 — 

I mi cariño no me escuda ? 
j No podré vivir tranquilo, , , ‘ 
mientras me abrume la duda j - ■ 

¿ Sí Alejandro me vendiera ? 

¡ N6 1 jamás podré creerlo. 

¿ Su amor será una quimera? 

Esta noche he de saberlo. ( Váse d' las ha -- . 

büaciones inferiores.) 

MUTACION. 

• « 

Salón anterior al de baile; dos mesas con grandes espejos, donde 
oportonamente el criado colocará las laces; una puerta al fondo y 
dos laterales que conducen al salón y otra á las habitaciones inte» 

- rieres. 

ESCENA V. 

DoÍía Rita, qué sale por la puerta izquierda, 

después Juan. 

{Saliendo) ¡ Tiburcio I ¡ Juan I Los criados 
cuando una fiesta se espera, 
andan todos de bolera, 

' se tornan en condenados. 

Es preciso hacerse cruces; 
t las ocho acaban de dar, 

y no he podido lograr 
, ni que me enciendan las luces. 

{Gritando) ¡ Juan 1 (me váá dar un sofoco) 

¿ En dónde se habrá metido ? 

(Juan aparece) Señora (bien la he sentido) 

Rita ¡ Ven para acá, zorrocloco 1 

' Conque sino estoy en todo, 
llegarán los convidados, 
y estaremos bien aviados 
' si encuentran este acoinodo ! 

No has sacudido las ¿illas: 
las luces no has encendido; . 
haragan descomedido, , ^ 
te he de moler las costillas ! •.«••• 




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— 158 — 

JüiLür ■ ( ¡ Qué viejas tan arroeantes ! ) 

Rita Oye acá, pillo, que te nablo. ' 

¿ Le has dicho á Madama Pablo 
Que me escogiera los guantes ? 

Juan Ya lo encargué esta mafiana. 

Rita ¿ Tiajo Dionisia el tocado, 

, Que dejamos apartado * 

A la seSnra Susana ? 

Juan Aun no fué. 

Rita Pues no demores. ' 

Corre á buscarlo y de paso, 

Traeme una vara de raso 
Del Ramillete de flores. 

Juan Bien, ¿y qué mas? 

Rita Anda, buey. * 

Juan ( ¡ Oh ! qué Anos son sus tratos.) 

Rita Y vé á buscar los zapatos 

Eb casa de Lacoley. 

Juan ( No he visto vieja mas cuca. ) 

Rita ¿Aun estás aquí, malvado? 

¡Ay! se me habia olvidado 
V que trajeras mi peluca. 

Juan ¿ Dónde está ? 

Rita En el Heliotropo. ^ 

Juan No conozco ese país. 

Rita La perfunieria ¡ topo ! 

bajo el hotel de Paris ! 

Juan ¿Y quién enciende las luces? 

Rita ¡Mi cabeza se desquicia ! 

¡ Llama á Tib''rcio, á Dionisia! ' 

¿Qué hacen esos avestruces? {Váiejúan). 

. ' ' 

ESCENA VI. 

' ■ ..Doíía Rita. 

;• ii.- - I. 1 < 

¡ Jesús, Jesús ! ¡ Qué sirvientes I 
Querer en Montevideo, ^ 

' mi- un baile es devaneo, ' 

lidiando con estos entes. 


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X 




N 


• ‘ESCENA VIL ' 

La misma y Tibü^io entra con luces y 1 ^ oolocft 

. sobre una mesa. . „ . ^ 

Bita Al fin nos vemos las caras - 

Tibubcto......' Señora era tan temprano...... . 

(Que uno se esfuerce es en vano ‘ 
con estás viejas tan raras.) 

Bita. Que adentro no falte nada 

y esté todo pronto espero. 

¿ Trajiste de lo dé Buero 
la crema y la marmelada ? 

Tibuecio Las trajo Juan hoy temprano* • 

Bita ¿ Y las masas y licores, 

los cartuchos y. las flores, ^ 

^ ■ ya las envió Nariaano ? 

TebÍtbcio Nada teneis que pedir, 

todo está pronto, señora, 

Bita Gracias á nios; pues es hora' 

que me acabe de vestir. Vaae.) 

ESCENA viíi. • ' 

\ % . s.. \ 

Adela en traje de baile, con guirnalda en la cabé2Sá9 
dice después de contemplarse en él espejo: - ... 

V ^ .... . . r 

¿ Para qué ornar, con tan vistosas flores 
esta que llaman peregrina tez, ,I 
si el hombre á quien consagro mis amores 
prémia acaso mi aían con esquivez? 
xo.que forjaba solo en su /ternura, 
nn mundo de esperanza -y^de: ilusión, 
tendré que ah(^ar esa pasión tan pura, 

que na halla éco en su muerto oor^on, » >istv A 

¿ Aca^o mi cariño no interpreta? ^ , 

¿No alcanza- á comprenderlo en su valpr.t-.jo 
{ Cómo no. ha de .entenderlo si es poeta 
y late en él la fibra del amori 


/ 


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I Yo me engallo J tal vea mi fantasía 
se foija algnn quimérico pesar ! 

¿Si se confunde su alma con la mia 
^ cómo es posible no me llegue á amar 7 
H07 mismoj por mi mal 6 mi ventura, . 
sabré si su carillo es i'usion; 

¿me esperará la dicha ó la amargura 7 

¡ Veremos 1 ¡ no me íáltes, corazón !' 

■ /■ . 

ESCENA IX. 

Asklá, y D. SissBUTO que entra. 


SiSXBüTO Jesús I y oomo he corrido 

por esta ciudad maldita ! 


Adela Qué vieja os he parecido, ' Adela.) 

SiSEBüTO ¡ Santa Bárbara me asista I 

¡ cometer tal barbarismo ! 

¡esto es peor que un cataclismo! 

Adela Si so|b tan corto de vista 

SiSEBDTO Ni aun eso mismo me abona. 

Adela Os juzgáis severamente 

Bisebtjto Pues vos lo decís, corriente. 

¡Ufl ¡ qué bonita corona ! 

Adela '... ¿ Os pareaeo bien ? 

8jS£Bxm> ] Divina ! 


¿ Quién al veros no tirita ? 

De 1» hermosa dolía Rita 
j sois una digna sobrina ! 

Eso no me maravilla, 

3 ue era vuestra madre un sol...... 

ice un reíran espallol, 

' « de tal palo tal astilla. » ' 


>DBT.A ¿ Y qué tal de invitaciones 7 

¿ tendremos gran concurrencia 7 , 

SlSEBUTO ¡ Vaja una linda ocurrencia 1 ‘ 

se inundarán loe salones. 



$ 


/ 

— ^ 161 — , 

• ’Nó he d^ado,,votó vá, I 
leoB que no'haja invitado; 
nara lo caal me he colado 
hasta en el Banco Maná'. 

He ido al Hotehde París; 
al del Vapor, al de Oriente, 

‘ á la Concordia, al de enfrente; 

á cuantos tiene el paísl i. .. . v 

• • • Y DO he'' dejado además 

imprenta ni redacción; i 
y he mandado invitación ‘ 
hasta la usina del gas. 

No ha quedado autoridad, 

sin tarieta, porque viene, 

desde la junta de Higiene • • ' < • 

á la de mendicidad. 

Adkla* ¿No habréis olvidado, espero, 

un amigo?...*. {Qm afectado rubor») 

«EBEBTrro...... . Claro está ' 

¿no sabéis que siempre vá 
. «f la soga tras el <*aldero? » 

Adela. ¡Quizá esta noche deshoje 

las rosas de mi ilusión ! 

Bisebüto...... ¿Qué hacéis? Vamos al salón, 

' ' « ved que quien siembra reeoje. » (Fdna# 

' ’ del broAo,) 

ÜSCENA I.‘ ■ . 

.V - s. , 

, .HoflA Bita, muy ataviada. coqueteando frente 
al t spejo, — después Juan. 

. ' < 

Ya ‘mi tualé se acabój ' 

¡ qué bata tan endiablada ! 
bien ,me lo esperab.'i' yo; 
otra vez será cortada 

madama Lugaró. . . , 

! Nunca arman una;CÍntura 
las modistas del . país; . 


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l Ham 1 mii^, osted qué Sgara, 
y todo p^de;en ja hechura; 

¡ París ! I Paris ,y París I ' 

De hoy en. adelante quiero 
todo hacerlo á, la franc^, 
y de se^ro que espero 
que saldrá con mas esmero 


Juan oefiora/ ¿pongo la ipe^? 

Bita ¿ Pues y qué, no estaba pronta? 


¡y lo vienes á anunoiar.. ; 
con esa cara tan tonta !. , 

¿ Piensas que es de poca monta 
irla recien á arreglar ? ' 

¡ no te diera el escorbuto! 

Juan, ( ¡ Ay I si me atrapa me pela) 

Bita No te pares un minuto;| , 

procura á, don Sisebuto 

■■ que te ayude; corre, vuela ! (Váie Juan» 
Sxtena.música midando q^,8p v<Ága 
'■ . TIOS en esta como en las demás escenas qufi 

se indica, para qw no interrumpa los diá^ 
• hgos', seria preferible vma rM^rcai) , /. 
Ya estará lleno el salón, 
í y no estoy en el estradb ! _ ^ .v? i t? 

. • - , ^ ¡ Vamos, qué sofocación ! estemomen^ 

^ ^ " lósale don ’ Sisebuto sofocado y tropieza 

con dolía Mita.) 

Sisebuto ¡ Ay, qué "horrible pisotón I 

Bita* ¡Me habéis deshecho el tocado t (Moña 

' ■ Mita Wdinje urna Thiradd furiosa y entret 
"f -en el salón.) 


ESCENA XL ' 

: .Don SisEBum 


Qué incendio, qué confusión, 

I qué alisara ! ¡ qué bullanga ! 
casi he dejado una manga) 


(• 



— m — 


por escapar del salón. , 

- ^ ’ Es un campo de Agramante 

en que á nadie se perdona» ' ' ' 

Una busca una corona. ’ 

¡ otra ha perdido un volapié ! 

Me han sacado como en .andas^ > • < ' 
casi sin tocar el snelo^ < 
y para mayor consuelo 
á una le arranqué las randas. • • 

Ya se vé, la sala escasa 

¡treinta parejas recibe:- ^ 

¿ cómo estaré, se concibe 
si hay gente para una plaza? 

• Pues si el buen tono consiste 

f 

• ' en bailar apeñuscados ’ • 
y hacer trizas los volados, 

¿porqué la gente se viste? 

ESCENA XIL • 

'■*. El mismo y Carlos, entrando. •• l ' ' 

Carlos........ Don Sisebuto..i..v 

SiSEBrro...?.. ¡Pardiezl ; 

¿ á estas horas ? v .• 
Carlos........ Ha!^un momento 

que quedo solo 

SiSEBUTO ■ Talvez 

venís muy tarde, y lo siento. 

Carlos Muy tarde ¿qné significa? 

de veras que me confundo. 

SiSEBüTO iQné poco entendéis el mundo I 

i. ] mirad que os soplan la chica I 

Carlos Chanzas á un lado. 

SiSEBUTO Ya os digol ’ 

Carlos ¿Quién? 

SlSEBüTO. ¿ Y quién mas? vuestro amigo. . ^ . 

Carlos........ ¡El venderá mi confianza! 

SiSEBUTO...... Pues toma......,.* 


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CÁbixw ¡ Yo no lo oreo t 

SisBBTrro ¿H^o lo creeia? aguardad, 

y aloanzareia la verdad 
por vos mismo. 

CxBLoe Eso deseo; 

7 ai es cierta ao traición, 
por Dios que le mataré. 

SiSBBTTTO ¿Oa alteráis? ^ 

Cabi. 08 No lo sé; 

mas me hierve el curaron I - 
Si otro buscando uu ardid, 
os vende infáme 7 cobarde, 
de amistad haciendo alarde, 

¿ Qné es lo que hariaia, decid ? 

S18EBÜTO Haciendo nna mojiganga, 

lo burlara c >n esmero; 
no siempre ■ el que va primero 
se lleva, amigo, la ganga. » 

Carlos ] Yo, no 1 yo quiero eucontrarle; 

iré de su huella eii pus, 
le mataré ¡ vive Dios ! 

SiBEBXTTO Calma; es mejor esperarle. . 

Allí viene; ¡ bien I entrad, (aaomdadoas al 

mion.) 

don Cirios, por esa puerta; 
si veis su onducta incierta, 
como 08 loomode obrad. 

' De aquí todo pesiéis ver; / 

á vuestro tino lo dejo: 

« Ya sabéis que. perro viejo 
‘ no grufie antes ue morder . » 

Yo os respondo del amor . ■ ■ 
'de Adela. ¡ < ; 


Cablob ¿ Me respondéis ? 

SiBEBTTTO ¡Sil Es tiempo que os ocultéis; 

70 me marcho al comedor, (/oro. ) 


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— 166 — 


ESCENA Xm.. 

Adela del brazo de Aujandbo, Cíelos obsetTande* 


Adela. 


Alejandbo... 


Adela 

Alsjaitdbo... 


Cáelos 

Adela 

Alejandbo... 

Adela 

Alejandbo... 
Adela 

Alejandbo... 

Adela. ... í....‘ 
Alejandbo.., 


Dejadme aquí reposar, {éentándoae.) 

El ambiente del saílon, ' 

la bulla, la confusión, , . 

son capaces de marear. 

Vuestro deseo es primero; (de pié junio á 
el baile dejo contesto Adda.) 

por el gran placer que sienta 
de ser vuestro compafiero. 

Sois muy galan; ( ¡ qué impórtono! ) 

No juaguéis galantería 
pasión que en el alma mia 
Le nutrido cual ninguno. 

Que en vano con ella lucho, 
porque es mi fé, mi creencia, 
porque absorve mi existencia! 

( ¡ Dios mió ! ¿ qué escucho ? ) {Asomán^ 

doae.) 

( ¡ Ah ! Cárlos estaba allí ! {Adela lo vé^ 
me conviene darle celos.) 

¿ Adela, tantos desvelos, 
no merecerán un sí ? 

¿ Quién os ha dicho que no ? , 

¡ Será posible ! ¿ me amais ? 

Caballero, os avanzais, 
que no he dicho tanto yo. > 

¿ Mas guardaré una esperanza 

de tanta felicidad? . 

¿ Podré mas tarde ? 

Esperad; 

que la fé todo lo alcanza. 

Solo esperad me decís 

y estáis mirando mi afiin ! ^ 

¿ Ni una chispa del volcan ¡ , 

en vuestro pecho sentís ? 

10 


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— 166 


Cáslos (i E sto 7a es mncho safrir ! ) 

A1.EJAIIDBO... ¡Qué! ¿sereis sorda á mi ruego? ^ 

Vos amais con tanto fuego ' 

Caslos (Ya era tiempo de salir.) {Se pretenta. Beta 

etcena llena de ironía, depende abtoluta- 
menle del talento del actor.) 

Alxjansbo... ¡Carlos aquí! 

Adela. Caballero 

Cáelos ¡Singular admiración I 

me aburría en el salón, 

7 la soledad prefiero. 

Adela ( ¡ Cómo finge ! ) 

Alejandbo... Pero es raro 

que no te ha7a percibido. 

Cáelos Ibas tan entretenido 

( se necesita descaro ) 

mas temo ser importuno 

Adela Nunca lo habéis sido, Cárlos. 

Cáelos Ha7 asuntos, que al tratarlos 

no admiten testigo alguno. 

ALBJAin>BO.» n Cielos ! ¡ si me habrá escuchado ! ) 

Adela ^is por demás malicioso 

Cablos No siendo así, fuera ocioso 

. ^ buscar un sitio apartado. 

AlejAndbo... La séfiorita, cansada 
del bullicio del salón, 
prefirió esta habitación 

Í or tranquila 7 retirada. 

la un minuto hemos venido; 

7 mientras ella reposa, 
claro es que en alguna cosa 

nos hemos entretwido 

Cablos ¿Y hablabais ? 

Alejandbo... ' De los salones, 

del buen gusto 7 la elegancia, 
de que es reina, sin jactancia. 

Cablos Como ves de los leones. 

Mas, me pareció al entrar, 

' . que estabais acalorado. 


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< . 

— 167 — 


A d«t .a No eatraSeis v^lo agitado; 

acababa de bailar. 

CAXiX)e Vos le discalpaie, sefiora, 


con machísimo calor; 

7 ha de salir vencedor 
con tan buena protectora. 

Por lo demia se comprende 
qne necesita defensa, 

quien no dice lo que piensa. (ooent«<ando 2a 
Alkjaiüdbo... ¡ Carlos, tu duda me ofende 1 frase.) 


Caslos Te irritas por poca cosa. 

AusJArn>BO... Parece que me acusáras 

Cabixxi En escrtipnlos reparas; (con desprecio.) 

es tu alma muy quisqmlloeat 

Adela Pero os habéis alterado, 

me parece, caballero. ' 

Alsjakdbo... No me cree Carlos, sincero. 

Cablos Alejandro, os he escuchado I (Cbn indignad 

don.) 

'' Adela ¿Lo habéis oido? (Cbn fingida sorpresa.) 

Cablos Es verdad: 

¿ 7 03 admira ? 

Adela • Demasiado; 


por que eso no ha autorizado, ' 
don Carlos, la sociedad. 

Alejaedbo... Es acción villana, os digo, 

que en vos, Carlos, me sorpfénde. 

Cablos Es mas villano quien vende 

traidoramente á un amigo. 

Villano quien dijo ayer (con indignados 
que el amor era quimera; creciente.) 
quien á fuer de calavera 
ultrajaba á la mujer. 

Villano quien sin pudor, 

' con bastardo atrevimiento, 
de mezquino el sentimiento 
calificó del amor. ^ 


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— 168 — 

Villano es el ^ue ha robado, 

, con rastrera hipocresía, ‘ . > ■ ' 

« el amor que en mi alma ardía, 

7 hubo á su fhonor confiado: ^ • 

; [uien marcUtó del vivir 
a mas rísaefia esperanza, 
alterando mi bonanza, 
nublando mi porvenir I ’ 
Axkjakdbo... ¿Me habéis venido á insultar ? 

Cablos No he venido aquí á otra cosa. 

AnKT.A ( j Cuánto me ama I ¡ soy dichosa ! 

. ¡ qué injusta he sido en dudar I )J. . < ■ 

AlejaitdrOm. ¡ Me daréis satisikocion ! . > . . 

Adela Mirad que estáis en mi casa...... . 

Cablos AI instante, porque abrasa 

la sangre mi corazón; .... 
vamos pronto. 

Adela No salgáis! . , . 

Alejaioibo.,. Dejadnos salir, sefiora, 


don Smbuio, impidiéndoles el paso.) 

ESCENA XIV. ' , 

' Los MISMOS y Don Sisebüto. 

SiSEBUTO ¿ Dónde vais ? 

Cablos*. Abridnos paso, señor, 

que la tardanza me irrita. 

SlSEBUXO. Bascad pronto á doña Bita. {De^do & 
^ Adela.) 

Un instante por fiivor. {A Carlos y Ale- 
jandro, que vuelven con disgusto.) 

¿ Queréis batiros, no es cierto ? 

¿ Y por qué, por qué razón ? - 

í ¿ Con dejar al otro muerto 

se logra uoa pietensiou ? 


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V 



' * • ' 

Calma, amigos, es ooiosoi m .> 
es torpe el meuo elejido; 

,;r\ ‘ nada logrará d véncelo, 
y el vencedor será odioso. . 

Cablos ¿El volcan que siento hervir, 

mi rostro no lo retrata ? 


SiaXBUTO c Aquel que á cuchillo mata, 

á cuchillo ha de morir. » ' : 

Venid acá: ¿ por simplezas, 
jugáis una hermosa vida ? 

AusjANimo... ¿ De qué sirve escarnecida ? ' ; • - • 

SiBEBUTO...... Oidme, malas cabezas. 

Conozco bien el or%en • * ; 

de esta maldita pendenda, 
mas cesarán oon prudencia, 

las penas que hoy os afligen. , . ; t : 

Yo encuentro un medio magnifico - 
de unir vuestros pareceres; 
si me dais plenos poderes, . 
os mostraré mi especifico, 

Cablos Hablad. , 

SifiEBTJTO La muchacha es una 

y es sustancia indivisible: , 

pues partirla no es posible, 
tentad ambos la fortuna: 

' Pasad por lo que ella diga'; 
le hacéis profesión de fé; 

« y á quien Cristo ee la dé ' 

San Pedro se la bendiga » 

ALEJAlTBBa,. Habíais, amigo, con juicio 

(yo sé bien que ella me adora.) • * • ‘ ‘ ' 

SiSEBüTO ¿ Qué decís, Carlos, ahora? < • • 

Cablob Que yo no doy beneficio. . . ■ ; / ' 

8ibbbt7TO No seáis impertinente; (o¿ indo*) 

os juro que lleva chasco; . . 

ya vereis, ya, ¡ qué chubasco ! 

Alejabbbo... ¿ En qué quedamos ? 


\ 


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ÍJl/ Vv j» .< ir • 


\ 




SiSEBüTO Consiente: 

é ^ í 

con que, decisión y tino, 
y no se os caiga la bab^. * 

!No temáis al lecbugnino: ‘ ( -á CarloSf cA 
«quien mal anda, mal acaba/» oido,) 

ESCENA XV. ’ 

f j . • ‘ "I 

* * ‘ . V n 

/ » . • 

Los MISMOS y DORA Rita, que sale despavorida 
< siguiendo á Adela. 

Rita ¡ Qué me dices, justo cielo I' ... • 

¿ Es posible lo que posa ? ' i ‘ ' 

{ Un escándalo en mi casa, 
que .terminará en un duelo ! 

Adela (Gracias, oh Dios! no han salido) 

Rita Caballeros, \ qué descaro ! . ' 

. ’ ¿ un duelo aquí, sin reparo 

á mi nombre esclarecido 

^ ¿ Esponerme al qué dirán 

de la sociedad ' 

81SEBOTO ' ' (Maldita) i - ... 

Escuchadme, doña Rita. , .... 

¿ No. veis que quietos están ? v 

Rita ¿ Callarme yo ?.. íNo señor 1 

¡ he de hablar á mi albedrío 1,* 

Alejandbo... Pues vamos al desafío; (Áaoen motnmienio 
lo hañ.de s^ber con tambor, jipara irse,) 

Rita j Eso es horrible I . . .. . . 

Adela ^ Mitia.....i ; , - 

Rita ¿A ver .que vais á decirme? y . , , . . 

SiSEBüTO Si vos no qüéreis oírme!........ *’ 

Rita *Yá escucho. ^ ^ ..y. 

Carlos V» : j ¡Por vida inia ! ^ ' ‘ 

SiSEBUTo Aquí no hay düeló,^ señora, • ‘ . 

{ ití escándalo, ni barullo, ' o*'-. . t 

que lastime vuestro orgullo; ' 

¿ estáis satisfecha ahora ? ' ■ / 

J ‘ V’-í' ■ . V ■ Í.A * ivX.l 

* k ^ ' 


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« 


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- in - 


8e procura solamente, 
resolver una cuestión 
séria, en que vuestra opinión, 
tiene un lugar preferente. 

Sita . . .. 7 . . . » .Caballero, perdonad 

_ como Adela 

A DKT . A ..... 7 ... Es cierto, 70... 

Cablos Tuvo razón. 

Axejandbo... Ya pasó. ' . . * 

Sita í Eh, bien ! señores, hablad. 

Ax.2Jakdbo... Yo señora...... ( Van á hablar d un tiempo' 

Cabix) 8 Yo’. y se detienen con esos eacia- 

Alejandto... * , 1 Ah ! maeionea.) " ‘ ' 

Cablos ¡Oh I ’ , ^ , 

dedd primero." ' '*■ 

Alejandbo... ■ Hablad vos. 

SiSEBUTO Hable alguno de los dos, _ , . 1 ■ > 1 

porque sino hablaré 70. " - , 

Cablos ... 7 .^.. Me parece que es mejor. 

Alejaiidbo... Yo ne de agradeceros muchow 
SiSBBUTO Atención, muerdan cartucho, 


. ceben, carguen; pues señor, ■ , , 

sabed bella doña Sita, 

(eso de bella no cuela) . 

que por la hechicera Adela - * 

mas de un corazón palpita. 

Alguien feliz ha de ser 
entre tanto pretendiente: 

7 aquí teneis frente á frente 
dos buenos en que escoger. _ 

Ambos con honestos fines, 
aspiran al himeneo; . . 

si uno logra su deseo, 

cantará el otro maitines. ' . . . . r ' • » l > 

/ ' > De su honor 7 probidad, . . . , v 

j S07 testigo fidedigno; ^ , .. , ' 

cada uno de ellos es digno 
de tanta felicidad. . ; 


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. En uno hay ^irtad^ talento; 
en otro, elegancia, tono; 

' yo que por ninguno abono, 
con cualquiera me contento. 
Hita ¿ Pero es cierto esto, sefiores ? ' 


Cablos I Solo á ella quiero en el mundo ! 

Alejandbo... La* amo con amor profundo, , 

cual la abeja ama las flores. 

SiSEBUTO (Para chuparles el jugo.) 

Sita Creo en Carlos tanto anWo; 

pero en vos 

AIaEJANDB®... Señora, al cielo 

darme tanto amor le plugo. 

Rita Os mostrabais ten esquivo, 

tan frió con las mujeres.'.'.../ ^ 

variando siempre placeres, 

AIaEJANBBO... i y hoy de ese amor solo vivo ! ’ ' ' 

Rita Será así; mas la ocasión, ^ 


el lugar, la hora, el espacio; 

* \ constaré mas despacio ! 
volvámonos al salón. (M'&sica.y 
Oablos .....7.. Perdonadme la insistencia; 

mas no puedo conformarme; 
si no queréis contestarme, 

' reanudaré la pendencia. 

Sok) á este precio he' cedido; 
tranquilo espero mi suerte; 
es cuestión de vida 6 muerte, 
y yo soy el ofendido. 

Rita ....7...^ ¿ Pero asf no mas se juega 

' al capricho de una tifia, 

el porvenir de una ñifla ? 

¿ me juzgáis demente 6 ciega ? 

CabIíOB ........ Está bien: no he dicho nada.; 

Alejandbo... Sefiora, á los piés de usted (saludando) 

SiBEBUTO Yed que estáis «r entre la espada » 

dofia Rita « y la pared » ' 

Rita ¿ Pero que puedo hacer yo ? ^ 


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‘ f 

173 — * 

r 

- _ ^ ^ " . ** I' I 

BibebütO**...* l^var elinconyemente:. 

¿ Adela no está presente • > 

pnes qne elija y se i^bó. 

AmcT.A ¿ Me queréis avergonzar ? V... 

yo nunca me atrevería (mirando) 

lo que decía mi tía (d .Gzrío#..con ¿íf- 

SiSEBUTO. ..... ¿ J>ues que ella se vá á casar ? nura) 

Bita No, Adela, ya que es forzoso • 

decidirse sin tardanza, ^ ; 

no traiciones tu esperanza; .... 

i tú misma elige un esposo 

Piensa en tu elección, querida, 

interpela bien á tu abna; . 

de ello depende la calma, 

la paz de toda mi vida. 

Cablos ( ¿ Qué decidirá. Dios mió ? ) - 

SiSEBUTO Decid, Adela, decid. , : 

Ai 4 BjAin)BO... ( Ta de mi triunfa me rio. ) 

Adela Pues me lo exiien, oid: 

Sois, Alejandro, en verdad, • 
un cumplido oaballero; . / . , . . . ^ . 

M. • r. . - y sabéis cuánto os quiero, 

cuán sincera es mi amistad. . . ^ 

Alejandro... ( ¿ No lo dije ? ya sucumbió. ) 

Adela Orgullo de los salones, 

sois modelo entre los leones 

AiÍíbjandbo... No merezco tanto yo. 

Adela Casi se puede tener . ^ > 

vanidad de vuestro amor, 
porque es muy rara la flor 

que 08 bajais á recojer. . . 

Yo os ofrezco mi amistad, 

y que la guardéis os pido; 
mas lo que es para marido, 

no os merezco, perdonad. 

. Lleváis de galan la palma ' 

AiiSJA 2 <a>B 0 ... ¿ Qué escucho ? ¡ Viven los cielos I 

A'dtct.a Yo temo que me deis celos, 

' ^ y estimo la paz del abua.; V. * 


— 174 ~ 


Tal vea cometa an deslía, , 
no cediendo fi vaestro encanto; ‘ • ^ ' 

quiero que no valga tanto 
mi’ esposo, y me haga felia. 

SlSEBtrro La ñifla es un pico de oro. 

CasIíOS ¿Y yo qué podré esperar? 

Amt.a ¿ No^e ha ^tado callar? ^{Entregán- 

dole la mam, que ti etireaha can efimon.) 

Cámum ........ ¡Adela, cuánto os adoro ! '' 

Axxtakdbo... Pues sefiores, me he lucido 

Bita ¿'.Con que era cosa arreglada ? 

Apkt.a No sefiora, resignada 


08 hubiera obedecido. ' 

Pero ya que bondadosa, 
me ofredisteis la elección, 
le entrego mi ooiason, 
pues solo él me hará dichosa. 


Cablos I Gracias, mi Adela adorada ! ' 

j no alterará, lo juro, 
jamás un hálito impuro 
nuestra dicha inmaculada. 

Bita Venid, os quiero estrechar ' ( les abre los 

y bendedr vuestra unión. bratos.) 

Sbebuto ¡Ay! ¡Qué alaron! ¡Qué alegrón! 

me dan ganas de gritar. / ^ 

Alsjakdbo... (Pues seflor, yo estoy de mas 

y me escapo.) Mi sefiora '{Saludando,) 

Bita ¿Qué, os retiráis? 

ALSJAin>Bo... ■ Sí: ya es hora^ ’ 

y no estoy bueno ademas. 

Adela Lo simito. ' 

Bita Por otra parte, ' 

es vuestra siempre esta casa. 

Alejtaxdbo... (Yo no sé lo que me pasa) 

Gracias: ( quisicEra matarte. ) 

Cablob Y aunque dividimos pudo, 

por desgracia, una cuestioUi (con iror^>) 
’ ’ no me olvida! •- 

Albjandbo... (Escorpión) " • 'V 

He de venir á menudo. 



17f 


Caslos ..•••••T Yo to mandaré avisar, 
el dia de nuestra boda;| 
ti acaso no te incomoda 
nos vendrás á acompasar. 


Aucjandbo... Gracias. 

SiSEBUTO Yo tendré el placer 

de brindaros chocolate. 

AIíEJAKDBO... ¡ Idos al infierno, orate! (Cbn rabia,) 

81BEBUTO I Uf I está hecho un lucifer. 

AIíEJANDBO... {Ardes de salir dice estos versos en la puerta) 
Aflíjime uno es tontera. 

Qne con su pan se lo coman. 

SiSEBUTO Asi sabrás, calavera, 

que « donde las dan las toman. » 

Bita .1 Pues solos hemos quedado, 

j contentos á la par, 
al salón vamos á entrar, 
pues nos habrán estrafiado. 

Cablos Seré vuestro caballero. {Ofreciendo el brao9 

Adela. Con muchísimo placer. á Adela,) 

SiSEBiTTO...... Aguardad, que voy á hacer 

una petición primero. 

Bita Hablad, pues, don Sisebnto. 

Adela ¡ Que no os vaya á salir mal 

SisEBUTO No, que el público oriental 

me la otorga en un, minuto. 

{Dirigiéndose al público,) ¡ , 

Un buen regalo de boda 
quisiera hacerle á la chica; 


{Beñesíionando) un aderezo á la moda 

I nó ! qne ella es bastante rica. 

¿ No habrá alguno tan galan ' 
entre tanto caballero ' 

qne me saque de este afan ? 

{^hipeándose la frente,) 

Eh al fin tengo loque quiero. 

Ta sé cual es el mejor 
y en eso nada se gasta; 

oon que « al buen entendedor 

con media palabra basta. » [(txlok.) 


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— 177 — 

A LA MEMORIA 

DEL MALOGRADO POETA 
» - 


A impalso corro de im ítUl destiso 
Que fanesto me arrastra al ataúd, 

F.'F.'yÁ."' 

Profeta de ta suerte, en tus canciones 
Tú lo dijiste, pobre antígo, j 
Jóven aun nos vistes de crespones ' 

Y orna tu trente fúnebre cipré. 

. ¿Porqué la parca su segur blandiendo 
Te arrebató á la patria que te amaba, 

Si al ir tu ser la tierra recorriendo 
Tan solo bienes por do quier sembraba? 

¿Porqué apagó la luz de tu existencia 
Si el destello del génio en ella ardía, 

Y al traducir á tu alma tu elocuencia 
Baudales derramaba de armonía? 

Tú eres poeta 7 tu mansión el cielo 
Donde está Dios en trono de topacio......' 

Los génios como tú tienden su vuelo 
Para buscar el luminoso espació 

Bardo inmortal, cantor del sentimiento, 

No mas tu voz deleitará mi oido. 

No mas tu dulce, tu inspirado acento 
Podrá brotar tu íábio enardecido. 


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Imí fibrae (}ue en nu sIoi« se destfozan 
Ko volveré á'Bentir'ya mas heridas 
Al escachar las notas melodiosas 
De tn laúd divino desprendidas. 

KT . Ya el manto oscuro de la tumbe enoiáxe 
' Hota 7 sin voz el arpa ^ue pulsabas, 

Y mas no cruzan tu nativa tierra 

, De libertad los cantos que entonabas. 

Poeta, adiós! el lábio se enmudece, 

A impulsos del dolor que me conmueve, 

Y es el cantar que mi laúd te ofrece 
' El triste don que la amistad te debe. 

Gloria á tu ser, y paz & tus despojos, 
Mientras la patria al deplorar tu muerte 
Una líquida perla de sus ojos 
Sobre tu losa funeraria vierte. 


Alcipes De-Maxu. 


[ XontCTideo, Agosto 11 de 1872.^ 

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